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Como colofón al V Centenario de la muerte de Antonio de Nebrija, la Biblioteca Nacional de España, la Fundación Nebrija con el patrocinio de la Universidad Nebrija y Acción Cultural Española organizaron la exposición Nebrija (1444-1522), el orgullo de ser gramático. Es una muestra que descubre el perfil intelectual del primer humanista español, sin dejar de lado al hombre, al carismático investigador y profesor que se deja ver tras su ingente obra. La exposición ha sido comisariada por la catedrática de Filología Latina de la Universidad de Alcalá Teresa Jiménez Calvente.
Tras su paso por la Biblioteca Nacional y por el Instituto Cervantes de Manila (sede Intramuros), la exposición, en un formato resumido, regresa a Madrid y podrá visitarse en el Centro Cultural Sanchinarro (c/ Princesa de Éboli, 29) hasta El 29 de septiembre.
Antes de visitar los paneles, las vitrinas y los audiovisuales de la muestra, el presidente del Distrito de Hortaleza, David Pérez García, y el rector de la Universidad Nebrija, José Muñiz, acompañados por Gregorio Martinez, director de Relaciones Institucionales de la Universidad Nebrija y de la Fundación Nebrija, pronunciaron los discursos en la jornada inaugural.
«Colaborar con la Universidad Nebrija, una institución de gran prestigio en nuestra ciudad, es siempre un privilegio. La presentación de esta exposición en Hortaleza nos brinda una magnífica oportunidad para que los vecinos del distrito conozcan de cerca la relevancia de Antonio de Nebrija, figura clave en la historia del español. Su aportación lingüística y académica sigue siendo un pilar fundamental de nuestra cultura, y es imprescindible que su legado continúe presente como fuente de inspiración para los valores de educación, rigor y excelencia que promovemos hoy. Esta exposición no solo homenajea su memoria, sino que nos permite reflexionar sobre la importancia de seguir impulsando esos mismos principios en nuestra sociedad actual», destacó David Pérez.
Por su parte, José Muñiz, tras destacar algunas actividades celebradas en torno al V Centenario del fallecimiento de Antonio de Nebrija, glosó la figura del gramático: “Todo lo que defendió en vida -el humanismo, la independencia, el espíritu crítico o la innovación- tiene vigencia. Transformó la cultura y además potenció el español, ese software libre que ahora hablan 600 millones de personas”.
Su “enorme” legado
Diego Moldes, escritor, historiador de cine y profesor universitario, impartió la conferencia Significado y legado de Antonio de Nebrija, padre de la lingüística española. Con referencias al nacimiento del alfabeto, al origen judeoconverso del gramático o al valor de la educación y del humanismo en la actualidad, Moldes recordó que la Gramática de la lengua castellana (1492), de Nebrija, es la primera gramática en una lengua europea moderna: “Su legado fue y es de enorme influencia no solo en España sino también en Europa y América. Las gramáticas europeas y la preservación de las lenguas indígenas amerindias o precolombinas, deben mucho a Nebrija”.
El profesor y escritor gallego recordó que en el homenaje que se le rindió en la Real Academia Española en la primavera de 2022, se apuntó que Nebrija era en sí mismo “una proto-academia”, dos siglos y medio antes de que naciese la Real Academia Española (RAE) en 1714. “Hoy todos consultamos el diccionario en línea de la RAE. Las primeras semillas de la lexicografía, de los diccionarios de español, también están en Nebrija. No me canso de repetirlo: sin lengua, sin lenguaje, no hay pensamiento. Y nosotros pensamos en español. Por eso el significado y legado de Nebrija es tan inmenso”.
Con el ejemplo de Antonio de Nebrija en el horizonte, Diego Moldes aseguró que hemos entrado en una nueva etapa de la civilización marcada por una convivencia híbrida entre la cultura impresa y la cultura digital. “Sin cultura, sin lenguaje, sin libros, la digitalización -y su inteligencia artificial- no hará más humanos a los seres humanos. Por eso los escritores, los editores y los libreros siguen siendo esenciales, la savia de la cultura. Como los profesores son la savia de la Educación y los investigadores la de la Ciencia”, concluyó.
Los cuatro ejes
La muestra, cuyo catálogo puede descargarse gratuitamente desde la página web de Acción Cultural Española, invita a recorrer la España de la época y los centros del saber en los que vivió y trabajó Antonio de Nebrija. Desde Lebrija, su lugar de nacimiento; pasando por Salamanca, donde cursó su Bachillerato en Artes y en cuya universidad desarrolló, con el tiempo, la mayor parte de su carrera docente; Bolonia, ciudad que propició su encuentro con Italia y su Humanismo; Coca (Segovia) o Villanueva de la Serena y Brozas en Extremadura, enclaves en los que realizó su labor bajo el amparo de generosos mecenas; para terminar en Alcalá de Henares, su último destino, en el que contó siempre con el apoyo del cardenal Cisneros y su Universidad.
Nebrija (c. 1444-1522), el orgullo de ser gramático se divide en cuatro áreas:
- I) Humanismo y Renacimiento, la gran revolución cultural
- II) España en los tiempos de Nebrija. Historia y cultura de una época
- III) La cuenta de mi vida
- IV) El legado de Nebrija: las Introducciones Latinae, los diccionarios y obras póstumas.
Las cuatro giran en torno a la figura del gramático y permiten, no solo conocer a fondo la obra del creador de la primera gramática española, sino también descubrir a un investigador cuya sombra se proyectó sobre Europa, América y Asia y cuya biografía se entrecruza con la de grandes personajes del momento, que lo son también de la historia de España y Occidente.
Un hombre que quiso transformar el mundo
La exposición presenta a un erudito moderno que, confiado en su saber y en el alcance de su cultura, desafió a sus compañeros universitarios y sacó a la luz sus carencias. “La teología, el derecho, la botánica, la medicina o la cosmografía fueron objeto de sus pesquisas. Compuso versos latinos, actuó como editor de textos para la imprenta e incluso disfrutó del cargo de cronista regio. Consciente de su valía, habló de tú a tú a los grandes personajes que lo rodearon, desde los Reyes Católicos al gran Cisneros. Por supuesto, también tuvo enemigos poderosos, como el inquisidor Deza”, subraya Jiménez Calvente, la comisaria de la muestra.
Nebrija imaginó su paso por la vida como un caminante que, al llegar a una encrucijada, ha de elegir entre dos posibles sendas. “Él se decantó por la senda no muy transitada del estudio y la erudición, no la de las riquezas o los honores. Su pretensión fue lograr la fama que otorgan las letras y trabajar en favor de quienes le rodeaban. Su meta no era menor, pues aspiraba a devolver el conocimiento de las letras latinas a España: el mismo ideal que los humanistas italianos habían abrazado tiempo atrás respecto de su propia patria. En los textos clásicos (latinos y griegos) se escondían enseñanzas útiles para el tiempo presente y solo había que desenterrarlas. Para alcanzar ese objetivo, ideó un método gramatical novedoso, que recogía el espíritu de las nuevas gramáticas escritas en Italia. Creó otras herramientas indispensables: un par de diccionarios bilingües, breves y concisos, para que los jóvenes estudiantes tuvieran a mano el léxico necesario para la vida común y la lectura de los textos antiguos”, explica Jiménez Calvente.
Viajó como también lo hicieron sus libros. Llegó a la conclusión de que, desde las aulas y a través de sus obras confiadas a la imprenta, podría transformar el mundo que le había tocado vivir. “Fue un humanista comprometido con una profesión aparentemente modesta y en realidad importantísima: la del gramático que conoce las reglas por las que se rigen la lengua y las palabras, sin las cuales es imposible construir las nuevas realidades”, matiza la comisaria.
Experiencia virtual
La exposición culmina con Nebrija: Estela de las letras una experiencia virtual que permitirá a los visitantes vivir en primera persona y de manera inmersiva dos momentos históricos. Por una parte, se recrea el encuentro de la Reina Isabel I con el propio Nebrija, que explica a la soberana la razón de ser de su innovadora Gramática sobre la lengua castellana. También podremos asomarnos al crucial encuentro de los Reyes Católicos con Colón, que marcaría de forma determinante el futuro de su reino. Con esta apuesta por el universo virtual y las nuevas tecnologías, la Universidad Nebrija pretende acercar la figura del humanista a una audiencia más joven, además de presentar los primeros pasos de su proyecto para el Metaverso.
Pasar a la posteridad como gramático
A través de su legado, sabemos que quiso pasar a la posteridad con el sobrenombre de gramático. Así se lo hace saber a la Reina Isabel la Católica en la carta en que le dedica la tercera edición de sus Introductiones Latinae (Salamanca, 1495): “Vt Aelius sit praenomen; Antonius nomen, Nebrissesis cognomen, grammaticus uero agnomen ex professione sumptum”. Precisamente, fueron estas Introductiones, novedoso manual para la enseñanza del latín, las que le hicieron famoso dentro y fuera de España.
Su muerte no menguó su fama ni evitó el enriquecimiento de su legado. De ello se encargaron, en parte, sus hijos Sancho y Sebastián, que abrieron una imprenta en Granada, trasladada un tiempo a Antequera (1534-1597). A ellos se sumaron otros impresores fuera de España, pues las gramáticas y léxicos de Nebrija se imprimieron en Francia, Italia, Alemania y Países Bajos. Aquel manual de latín que había escrito pensando en sus alumnos en Salamanca se convirtió en el único autorizado para enseñar esa disciplina desde que así lo decidió el rey Felipe III (1598). En la larga travesía que llega hasta el siglo XIX, el manual de gramática latina de Nebrija fue respetado, glosado, reformado e incluso acortado, según el lugar y las circunstancias.
Esa pervivencia se siente, por ejemplo, en las primeras gramáticas de las lenguas de América compuestas por los predicadores españoles. Estos, que habían aprendido latín gracias al Antonio, aplicaron el modelo, con sus consideraciones teóricas y sus traducciones bilingües, en su descripción de esas lenguas que, como dijo uno de ellos, eran tan “extrañas, nuevas, incógnitas y peregrinas”.
Orgulloso, inteligente, audaz, a Nebrija nunca le faltaron las ganas de aprender ni la fuerza para el estudio. Tampoco le faltaron detractores, pues jamás se mordió la lengua. Cuando le presentó a la Reina Isabel un adelanto de la que luego sería su Gramática de la lengua castellana (Salamanca, 1492), la soberana se sorprendió y no entendió la utilidad de un tratado que enseña las reglas de una lengua que se aprende de manera natural. Pero el docto profesor supo defender la novedad y oportunidad de su ocurrencia, pues las lenguas, incluso las naturales, necesitan gramáticas descriptivas y normativas para que no anden desbocadas. A esta ventaja se añade que la comprensión de los principios gramaticales del castellano puede ayudar a entender los de otras lenguas, el latín (al que dirigía sus esfuerzos) entre ellas. Las paradojas del destino han hecho que esa gramática del castellano sea hoy su obra más conocida. Nebrija, no obstante, merece ser recordado por otras muchas razones.
Nebrija se revela como un humanista en toda regla. Hablar de Nebrija es hablar de un Humanismo español pleno gracias a él, también es hablar de la Historia y de las figuras que le dan sentido.
El catálogo
El catálogo editado junto a la exposición ofrece un acercamiento a la figura de Nebrija y un recorrido por su extensa y dilatada obra. El volumen se articula en tres grandes secciones: 1. Marco cultural y político, 2. Vida y obra y, por último 3. El legado.
La publicación comienza con la brillante introducción de la directora de la edición, Teresa Jiménez Calvente, y se desarrolla a través de doce artículos de los siguientes autores: Antonio Alvar Ezquerra, Guillermo Alvar Nuño, Carmen Codoñer Merino, María Lourdes García-Macho, Ángel Gómez Moreno, Fernando Gómez Redondo, Miguel Ángel Ladero Quesada, Carmen Lozano Guillén, Julián Martín Abad, Pedro Martín Baños, Dionisio Á. Martín Nieto, Francisco Javier Pérez.
Se complementa con una cuidada cronología nebrisense, con la lista de obra y documentos expuestos en la exposición y con más de 80 ilustraciones, seleccionadas por Teresa Jiménez Calvente y Pedro Martín Baños (coordinador científico de la edición), con obras que forman parte de la exposición y piezas complementarias de instituciones nacionales e internacionales de Reino Unido, Alemania e Italia.