El centro de salud de Prosperidad, situado en el número 99 de la calle Canillas del distrito madrileño de Chamartín, ha quedado clausurado temporalmente después de que se derrumbase esta noche el techo tras la rotura de una tubería de agua de una comunidad de propietarios vecina, lo que ha provocado también que se inunde el sótano.
El local ha sido cerrado por los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid. Esta situación ha obligado a trasladar consultas al centro de salud de la calle Baviera, en La Guindalera, lo que está provocando su colapso, según denuncian desde la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM).
Las asociaciones vecinales exponen que «la vecindad está indignada pero la culpa no es del personal sanitario. No es la primera vez, ¿por qué la Consejería no ha tomado medidas antes?», añadiendo que ya se había alertado de «la desastrosa situación del centro de salud de la calle Canillas, donde ya se habían producido derrumbe».
Señalan que hasta este derrumbe, los profesionales tenían que trabajar entre cubos de agua por las goteras que ya había y el mes pasado las deficiencias obligaron a mantener cerradas dos consultas y parte de las instalaciones del centro de salud. Desde la Consejería de Sanidad informan que se va a reubicar tanto a sanitarios como a pacientes a los cercanos centros de salud de Santa Hortensia (calle Santa Hortensia, 14) y de Ciudad Jardín (calle de Pantoja, 3), hasta que se normalice la situación.
Desde la asociación vecinal Valle-Inclán, como usuarios de este centro de atención primaria, quieren mostrar su «solidaridad con el personal sanitario y con los profesionales que llevan meses sufriendo y denunciando las deficiencias estructurales del centro de salud de la calle Canillas».
“Sabemos que las molestias y retrasos de citas no son responsabilidad de los sanitarios sino de la Comunidad de Madrid que no ha cursado las obras necesarias para mantener el Centro” sostienen desde la asociación vecinal Valle-Inclán. La vecindad exige también la reparación urgente del Centro de Prosperidad y la vuelta inmediata de profesionales y pacientes «para evitar sobrecarga» en el personal y molestias a la vecindad ya que el centro asignado «está lejos y mal comunicado».
Foto: FRAVM.