El arquitecto Jaime Nadal denuncia el «inminente peligro de derribo» de la Casa Vallet de Goytisolo

Gacetín Madrid

El arquitecto Jaime Nadal, técnico de la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, ha denunciado a través de un comunicado y un vídeo en 3D el «inminente peligro de derribo» de la Casa Vallet de Goytisolo de JA. Coderch de Sentmenat, en Ciudad Lineal.

Sobre la casa ‘Vallet de Goytisolo’ de J.A. Coderch de Sentmenat (por Jaime Nadal)

Hacia 1972 conocí la Casa Vallet.

Era la casa donde vivía la novia de un compañero de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Una tarde nos invitaron a tomar café a un grupo de amigos de la Escuela. Era evidente que aunque la amabilidad de la familia se mostraba en obsequiarnos con una magnífica merienda, el hecho de que la casa fuese obra de Coderch pesaba mucho en la invitación.

Coderch para nosotros en aquel momento era ‘el otro’ gran referente del panorama arquitectónico español. Oiza, Sota, Carvajal y el elenco de los ‘grandes’ arquitectos españoles que conocíamos desde la Escuela, se movían dentro del panorama madrileño, sus obras nos eran ampliamente conocidas y sus nombres repetidos continuamente en clases, conversaciones y comentarios. Coderch era otra cosa, era ese arquitecto catalán que nos asombraba con su forma de hacer que conocíamos a través de las revistas ya que sus obras eran difícilmente accesibles para los que vivíamos en Madrid.

Cuando se construyó en 1966 el Edificio Girasol se produjo una sensible convulsión en el mundo de la arquitectura de Madrid. Había otra forma de hacer las cosas.

El paralelo 40 no es el paralelo 41 y este hecho unido a una diferencia de 5º de longitud a orillas del Mediterráneo hacía que la arquitectura del catalán, aunque en cierto grado ligado a Madrid por su relación con las estructuras políticas centrales, arrastrase una sensibilidad más próxima a los problemas mediterráneos que a los mesetarios.

Este hecho hacía que su arquitectura madura, desligada ya del costumbrismo vernacular que en cierto modo guió sus primeros pasos como profesional, hubiese seguido unos derroteros que desde Madrid se seguían con el interés de lo exótico, inaplicable pero atractivo. Pertenecían en cierto modo a otra cultura.

Cuando se ha suscitado la relación de ciertas obras y gestos de Coderch con las de Ponti o Gardella siempre se ha tratado de obviar una relación de ‘atracción fatal’ por una consecuencia lógica de abordar unos problemas singulares. Es una manera de verlo.

El hecho es que la edificación del Edificio Girasol produjo una cierta convulsión y aproximó a Coderch a los medios madrileños. Ahora se podía tocar una obra suya sin salir de Madrid. La obra era asiduamente visitada por estudiantes de arquitectura y supongo que también por profesionales. Yo tuve la ocasión de poder visitar el edificio en obras o recientemente finalizado con un grupo de compañeros de la Escuela y la experiencia fue equivalente a la que sentimos cuando pudimos visitar el Edificio Torres Blancas que se construía por esa época en la Avenida de América.

Hago expreso hincapié en haber visitado Girasol y Torres Blancas durante la obra o recientemente finalizadas, cuando la arquitectura se encuentra en estado prístino, sin la contaminación que necesariamente introducen los usuarios para hacerlas suyas, pero no nuestras.

Cuando nuestros amigos nos invitaron a ver una casa de Coderch en Madrid que no era la Girasol casi no nos lo podíamos creer. ¿Cómo era posible que desde hacía más de una década hubiese una obra representativa del arquitecto que había pasado desapercibida en el pequeño universo de las obras de vanguardia? No lo sé pero era evidente que la casa de la Ciudad Lineal no era muy conocida a pesar de haber sido publicada en la Revista Nacional de Arquitectura el mismo año de su finalización, y de hecho nunca ha sido una referencia sino de paso en los múltiples escritos que sobre la obra del autor se han realizado hasta el día que se anunció su posible derribo.

De la visita recuerdo el impacto de la calidad y articulación de los espacios, los ‘novedosos’ semiexteriores entre persianas y carpinterías, el cuidado de los acabados y el diseño de los elementos discretos. La chimenea ‘Polo’ y la lámpara ‘Disa’ habían sido diseñadas más o menos cuando se empezó a proyectar la casa.

‘Coderch lo ha proyectado así’, orgullosos los dueños de la autoría de su vivienda todo se justificaba y engrandecía.

Impactados tanto por la experiencia arquitectónica como por la opípara merienda con la que fuimos obsequiados y la amabilidad de nuestros anfitriones, en los siguientes 45 años no recuerdo haber tenido alguna relación o leído alguna referencia sustancial sobre la casa.

Hasta que salta la noticia, la condena de muerte, la inacción, la destrucción. Como siempre.

Decidí profundizar sobre el conocimiento de la casa que en cualquier momento puede desaparecer, la vieja amiga. He pedido información a la Fundación Coderch y al especialista Carles Fochs que amablemente me han ayudado enviándome material y referencias. He consultado otras fuentes también pero no hay tanto, en cierto modo todo se repite. Es posible que haya más material de origen pero lo desconozco, no lo sé.

He leído alguna peregrina declaración emitida en mesa pública sobre el origen y la vida de la casa, alguna bajo el amparo, (¿por qué?), de una declaración notarial. Todo aquello que en su momento fue positivo hoy es negativo, Coderch parece apartarse de su obra, además la edificación se deteriora y encima a la calefacción no sé qué le pasa y la cubierta tenía una cámara de aire que no se hizo o se demolió. Peregrineces.

He vuelto a la calle Belisana 5. La casa esta integra, perfecta en lo que ella puede ofrecer, maltratada con saña con heridas inflingidas por la falta de entendimiento y por el amor perdido. Pero solo eso, el resto, perfecto. En lo que he podido ver desde la calle, supongo que han hecho barbaridades pero la casa aguanta y presenta sus mediterráneas fachadas dignas invitando a que alguien se tome interés por ella.

Para mejor entenderla en lo que no he podido ver, ni falta que hace, he realizado un modelo en 3D tal y como la proyectó Coderch, basándome solamente en los planos que me proporcionó la Fundación. Es genial. Una delicia ir construyendo de nuevo la casa, con sus inteligencias, sus bien pensadas fábricas, alineaciones, espacios, articulaciones; genial, repito, merece la pena resobarla como se resoba a los objetos queridos, descubrir detrás de cada inflexión a su autor, la cantidad de horas y de inteligencia, eso no se puede valorar, está por encima de todo. ‘Quien tenga ojos que vea’, y si no, no vale ni para acercarte a ella. Cualquier cosa dicha sin sintonía, sin entendimiento no vale nada.

Es evidente que la casa se construyó simétricamente a la orientación del plano, ¿y qué? pues muy bien, problemas de implantación, no le resta ni un ápice de interés, repito, se puede construir solamente con los planos de Coderch no hay que tocar nada. Un giro, 180º, no un número raro o cabalístico, 180º, los de siempre, media vuelta y ya. La orientación Norte Sur hace que las condiciones de luz no cambien, el Norte sigue siendo Norte y el Sur, Sur y el Este y Oeste son equivalentes y además para más abundar todo el sistema de rejillas crean ambientes protegidos, íntimos, da igual en el Este que en su orientación antagónica, da igual.

Cuando el terreno original se permutó en parte para permitir el alojo de la construcción se hizo un acto de respeto, de deseo de mantener su integridad y se ha podido hacer exactamente como se proyectó. Además los espacios interiorizados con las rejillas protegen a sus habitantes de la vista de los desastres edilicios que se han realizado en sus proximidades y que se continúan haciendo sin que nadie ponga orden a esa descomposición de la ciudad. Hasta en eso es buena la casa. Hay que conservarla, es un magnífico ejemplo.

Sobre la ‘Casa Vallet y Goytisolo’ pesa una licencia de derribo detectada gracias a la utilización de la obra ‘Arquitectura de Madrid’, que no el inútil catálogo del Ayuntamiento, se comienza a movilizar la comunidad ciudadana que pretende que de una vez por todas se dé solución al problema de la catalogación del legado arquitectónico para poder tener un panorama completo sobre la forma que se deben tratar cada uno de los elementos que lo componen.

El presente y el futuro inmediato lo componen Informaciones y manifiestos en las redes, mesas redondas y discusiones en foros diversos, paralizaciones temporales sobre la licencia de derribo y una espera sin fecha sobre una decisión final que se tomará basada en pareceres, y arbitrariedades.

Cuando se derribó la Casa ‘Guzmán’ de Alejandro de la Sota o los laboratorios ‘Jorba’ de Fisac y tantos edificios que habían constituido la base de la arquitectura contemporánea en nuestro país y otros como la fábrica ‘Clesa’ quedaban en suspenso esperando que pasase el tiempo que todo lo olvida, quedó suficientemente demostrado que no existen límites para los desmanes de la administración que no quiere asumir una responsabilidad que le cortaría las alas para actuar arbitrariamente y le obligaría a cumplir inexcusablemente la ley cuyo fin es acabar con el estado de indefensión de la ciudadanía. Hay que seguir luchando por ello, parece mentira.

Quosque tandem?

Jaime Nadal

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