En el madrileño barrio de Butarque (Villaverde), los inicios del curso son ya una especie de “El Día de la Marmota”. Un año más, y ya van cuatro, el arranque de las clases en su instituto público viene acompañado de polémica, ya que se producirá con el centro en obras.
Durante años las entidades vecinales y las AMPAs de diversos centros educativos del barrio se han movilizado contra esta situación. La Asociación de Vecinos Independiente de Butarque (AVIB) señala que «el motivo hay que buscarlo en la habitual política de parches de la Comunidad de Madrid, que es incapaz de cumplir con los plazos de las obras de las instalaciones educativas, provocando así que los centros educativos no estén terminados a tiempo para que el alumnado pueda retomar su vida escolar con normalidad».
Fruto de «esta política», al menos otros 5 institutos y 8 colegios de la región inician el nuevo curso sufriendo los mismos problemas. IES como el Gonzalo Chacón de Arroyomolinos o como los colegios Antonio Fontán (Montecarmelo), Blas de Lezo (Las Tablas) o Constitución de 1812 (Leganés). En este último, en señal de protesta por unas obras de finalización que duran ya cinco años, padres y alumnos acudieron ayer al inicio de de las clases de infantil y primaria protegidos con casco de obra y chaleco reflectante.
En el caso del instituto Juan Ramón Jiménez de Butarque las obras inconclusas se corresponden con la segunda fase del centro y dado su estado «todavía no es seguro que los alumnos puedan comenzar sus clases el próximo 12 de septiembre», indica AVIB. «Además -continúa- resulta impensable confiar en que, en caso de forzarse ese comienzo, los alumnos y alumnas puedan desarrollar la actividad escolar con normalidad teniendo que convivir junto a andamiajes, cascos y montañas de arena, cuando lo deseable sería que el principio de esta etapa escolar –completamente nueva para más de 160 alumnos-, se pudiera desarrollar con la misma tranquilidad que en unas instalaciones totalmente finalizadas y equipadas desde el primer día de clase».
Construcción por fases
Para la entidad ciudadana, «la razón por la cual todos los años se repite la misma historia es que la Consejería de Educación se empeñó desde un principio en realizar la construcción del instituto, el único que existe en el barrio, por fases, en lugar de acometer la obra completa desde el principio. Además, las licitaciones siempre se realizan tarde y esto provoca que los plazos de ejecución concluyan unos días del inicio de las clases, con lo que cualquier imprevisto durante su desarrollo provoca los retrasos que se repiten cada año».
Basta con ver las fotografías del estado de las obras (disponibles en https://www.facebook.com/
Después de dos años, en los que los alumnos y alumnas de Secundaria y Bachillerato tendrán que convivir con obras, todavía falta por realizar una tercera fase, que debería estar lista para el curso que viene. Teniendo en cuenta los antecedentes de la Consejería de Educación, parece que los niños y niñas de Villaverde están condenados a seguir dando clases entre maquinaria, polvo y ruidos, «todo por culpa de una ejecución chapucera de las obras por parte de la Comunidad de Madrid, más preocupada en ajustar los presupuestos que por favorecer un contexto en el que todos los estudiantes puedan acceder con seguridad a sus clases y recibir en igualdad de condiciones una educación pública de calidad», concluye la AVIB.