El Museo Nacional del Prado ha superado, antes de que finalice 2025 y por tercer año consecutivo, el récord de visitantes. La cifra a fecha de hoy se eleva a 3.479.838 frente a los 3.457.057 registrados en 2024. El mes que ha registrado un mayor número de visitas ha sido mayo con más de 339.000 personas (número exacto 339.062) mientras que el día 3 de mayo se ha convertido en la fecha (provisional hasta que finalice 2025) de mayor afluencia de público con un total de 17.484 visitantes.
Hasta ayer un total de 3.479.838 personas han visitado el Museo frente a las 3.457.057 que lo hicieron a cierre de 2024, lo que supone superar el máximo histórico anual de visitas cuando aún quedan 3 días para cerrar 2025. Los datos muestran que un 45,35% de estas personas accedieron al Museo de manera gratuita y que el 67,30% son visitantes extranjeros y un 32,70% nacionales.
José Sacristán pone voz a la mejor definición del Museo del Prado: “es una especie de patria”
“Desde fuera y lejos de España, cuando uno piensa en el Prado, este no se presenta nunca como un museo, sino como una especie de patria, como una roca”. Así definió esta institución el artista Ramón Gaya, pintor en el exilio, en su ensayo de 1953, Roca española. La colaboración desinteresada del actor y director, José Sacristán, dota de actualidad y sentido un texto esencial para entender el papel trascendental del Museo del Prado.
La iniciativa de recordar la figura de Ramón Gaya y su visión única del Museo del Prado nace de la voluntad de esta institución de poner en valor la cultura y el peso del arte en nuestra identidad. Contar con la colaboración de José Sacristán es una magnífica oportunidad para compartir la visión de Gaya, quien siempre consideró al Prado como ‘mucho más que un museo’.
En esa misma filosofía el Museo Nacional del Prado ha vivido un año excepcional, marcado por iniciativas que refuerzan su papel en el ámbito cultural, educativo y social. Ha celebrado el récord histórico de visitantes y convirtió las calles de Paiporta y otras localidades afectadas por la Dana de octubre de 2024 en escenarios culturales abiertos, llevando reproducciones de obras maestras del Prado a espacios urbanos como símbolo de resiliencia y unión comunitaria, en el marco del Día Internacional de los Museos.
El Museo alcanzó un momento histórico el 15 de septiembre con la intervención de S.M. el Rey para celebrar las 1000 emisiones de sus directos en Instagram comentando Las Meninas, consolidando esta plataforma como un canal esencial para acercar el arte a los ciudadanos, con más de 100 millones de visualizaciones acumuladas.
Este balance culmina con un gesto cargado de significado: la viuda de Ramón Gaya, Isabel Verdejo, ha donado al Museo el manuscrito original de Roca española, obra que condensa la profunda relación del pintor y escritor murciano con el Prado y su papel en la identidad cultural española. El texto se incorpora a los fondos de la Biblioteca del Museo, preservando para futuras generaciones las reflexiones de uno de sus más apasionados defensores.
Para celebrar esta incorporación y despedir el año, el Prado publica un vídeo en sus redes sociales en el que José Sacristán, intérprete imprescindible de la escena española, pone voz a las palabras de Gaya, evocando su mirada íntima sobre las salas, los maestros y la esencia del arte. Con este acto, la institución rinde homenaje a quien definió el Prado como “una patria espiritual” y reafirma su compromiso con la memoria y la creación.
Ramón Gaya (Murcia, 1910–2005) mantuvo una relación vital con el Museo del Prado desde que accedió por primera vez con 17 años, gracias a una beca del Ayuntamiento de Murcia. Este descubrimiento tempranamente marcó su sensibilidad y su vocación de artista, siendo la institución su principal referente pictórico y emocional.
Fue quizá el artista del siglo XX más concernido por la importancia del Museo del Prado, y su vínculo se profundizó durante las Misiones Pedagógicas de 1932, donde copió obras del museo para llevar el arte al ámbito rural como parte de un “museo del pueblo”, reflejo de su compromiso social y educativo. Posteriormente, ya en el exilio durante la Guerra Civil, Gaya se refirió al Prado como “una especie de patria”, un lugar de pertenencia y consuelo, tanto físico como espiritual.
En definitiva, Ramón Gaya y Roca española constituyen un testimonio único de devoción artística hacia el Museo del Prado, donde arte, memoria e identidad cultural se entrelazan para expresar la mirada de un creador que halló en sus salas no solo inspiración, sino el reflejo de su propia patria espiritual y estética.
