Matadero Madrid. Centro de Creación Contemporánea, espacio del Área de Cultura, Turismo y Deporte, acaba de celebrar una programación especial para conmemorar los 100 años de vida del conjunto de edificios que son sede de su actividad actualmente y que constituyen uno de los equipamientos culturales más emblemáticos de la ciudad. Esta variada oferta de eventos ha recibido una gran acogida por parte del público, con un total de 23.125 asistentes.
Del 24 de octubre al 17 de noviembre, Matadero Madrid ha ofrecido más de una veintena de propuestas gratuitas y dirigidas a todos los públicos, con exposiciones sobre la historia del recinto, mesas redondas sobre arquitectura y urbanismo, conciertos conmemorativos, performances con el recinto como protagonista, talleres con la arquitectura como leit motiv y proyecciones de películas que contaron con el antiguo matadero como localización.
Diseñado por el arquitecto Luis Bellido a principios del siglo XX, la construcción del antiguo matadero municipal completó su construcción en octubre de 1924, fecha en la que abrió sus puertas en un Madrid necesitado de nuevas infraestructuras para su abastecimiento y alimentación. Inspirado en los mataderos berlineses de la época, este espacio es actualmente uno de los exponentes mejor conservados de Europa de este modelo de ciudad administrativa.
Matadero, 100 años: exposiciones e instalaciones artísticas
El emblemático depósito de agua elevado de la plaza de Legazpi, seña de identidad del recinto, ha sido protagonista en los eventos de celebración del centenario que arrancaron el pasado 24 de octubre. La estructura, encargada de abastecer de agua al recinto en su primera vida, fue objeto de una instalación lumínica creada por el equipo de iluminación de Nave 10 Matadero. Creación Dramática Contemporánea, el recientemente renovado espacio escénico de Matadero Madrid. Durante cuatro días, esta instalación de luz vistió de fiesta el acceso de Legazpi.
También desde el 24 de octubre, y hasta el 17 de noviembre, el espacio que fue cámara frigorífica del antiguo matadero, hoy conocido como Nave 0, se convirtió en una ventana por la que asomarse al siglo pasado con una instalación artística site-specific (creada para esa localización en particular) organizada por Medialab Matadero y creada por el reconocido diseñador de iluminación escénica David Pérez, del estudio LaLAB. La exposición Matadero, 100 años, que han contemplado más de 16.359 personas, incluía proyecciones de fotos históricas del matadero municipal y audiovisuales creados ex profeso que, junto al diseño de iluminación, crearon una experiencia inmersiva para los visitantes.
Por su parte, la exposición fotográfica La construcción de Casa del Lector comisariada por Antonio Basanta, vicepresidente de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, ha recibido un total de 3.043 visitas. La muestra recogía las fases más destacadas del proyecto que dio vida a este centro para el desarrollo y la innovación en el ámbito de la lectura, en cuya remodelación se unieron la arquitectura, el diseño y el interiorismo.
Mesas redondas: la reconversión arquitectónica de un espacio emblemático
El auditorio de Casa del Lector se ha convertido estos días en un lugar de encuentro para la arquitectura, con dos mesas redondas que han convocado a los arquitectos que reconvirtieron este complejo industrial en un espacio para la ciudadanía, tendencia de la que Matadero Madrid fue pionero y modelo para muchos otros espacios similares.
En la primera de ellas, José María Churtichaga y Cayetana de la Quadra-Salcedo (Cineteca), Arturo Franco (Nave 17, Oficina y Taller), Iñaqui Carnicero (Nave 16), Débora Mesa (Casa del Lector), José Antonio Roldán (Central de Diseño) y Justo Benito (Naves del Español) recordaron los retos y desafíos que abordaron en ese momento con la mirada de hoy, casi 20 años después de la intervención. En la segunda mesa, Antón García Abril, Débora Mesa, Oyer Corazón, Jesús Moreno y Carlos Baztán conversaron sobre la intervención de las naves que son hoy Casa del Lector. Ambas citas congregaron a 160 interesados.
Además, a propuesta de Intermediae, el 7 de noviembre se desarrolló en Nave Una un taller con agentes culturales de la ciudad, impartido por Ergosfera, que dio paso a la mesa de debate ‘Mirar fuera para mirar hacia dentro’, en la que además participaron Raquel Congosto, Uriel Fogué y Marta Román, con la moderación de Natalia Balseiro. Con esta convocatoria para 59 participantes, Intermediae buscaba ofrecer una mirada sobre la relación de Matadero Madrid con las prácticas situadas en el territorio urbano.
Música y performances: un centro abierto a todos
Como es habitual en los grandes eventos, no puede faltar la música al aire libre en Plaza Matadero. En esta ocasión, el 9 de noviembre se celebró un DJ Set matinal por el que pasaron 2.194 espectadores. La primera sesión corrió a cargo de los DJ Guacamayo Tropical, dúo conocido por rescatar y difundir la tradición musical de los trópicos latinoamericanos, fusionándola con ritmos y elementos modernos. Tomó el testigo DJ Meneo, el productor guatemalteco que ha llevado una Game Boy y el sonido lo-fi electropical a festivales como el Sónar y el Primavera Sound, y que sorprende ahora con su singular acercamiento a la cultura pop española.
Para el público familiar, un total de 326 personas, la música llegó a través de la Creativa Junior Big Band, de la Escuela de Música Creativa de Madrid. En este concierto celebrado el 10 de noviembre en Nave Una, sus 25 jóvenes músicos superaron los estándares del jazz, incluyendo temas originales con desenfadados arreglos de composiciones clásicas.
El Centro de residencias artísticas se sumó a la celebración con la programación de dos performances el 9 de noviembre. Fernando Sánchez Castillo, con su pieza De matadero a vivero, guio a 40 asistentes por distintos espacios de Matadero recordando los usos del edificio en sus 100 años de historia. Y la pareja artística formada por Marta de Gonzalo y Publio Pérez Prieto orquestó el encuentro musical Las suertes, en el que el coro El CoroFón interpretó ante 130 oyentes canciones de género chico basadas en la memoria de la gente, los trabajos y el papel de la cultura en los últimos 100 años.
Matadero y el cine: un binomio indisoluble
Entre el 5 y el 10 de noviembre, como parte del programa de celebración del centenario, Cineteca Madrid ha reunido una selección de películas que contaron con Matadero como localización. Ante un total de 308 espectadores, se han proyectado grandes clásicos como La buena estrella (Ricardo Franco), que presentó el 6 de noviembre Antonio Resines, Premio Goya al Mejor Actor Protagonista por su papel en esta cinta. A la presentación de Felices pascuas (Juan Antonio Bardem) acudió el 5 de noviembre Luis Deltell Escolar, catedrático de Historia del Cine de la Universidad Complutense y codirector de ESCINE, grupo complutense de estudios cinematográficos. También se han exhibido Sin noticias de Dios (Agustín Díaz Yanes), El embrujo de Shanghai (Fernando Trueba), Matador (Pedro Almodóvar) y Los golfos (Carlos Saura).
El 6 de noviembre, en la Sala Borau de Cineteca y en colaboración con Intermediae, 29 personas pudieron ver la película Procesos (2007), de Daniel García-Pablos, seguida de un coloquio con el director y la comisaria e investigadora María Bella. El filme, que documenta los trabajos de rehabilitación de Nave 17, es un valioso testimonio de una de las primeras intervenciones que se llevaron a cabo en la rehabilitación.
Infancia y familias: espacio para jugar y aprender
En el marco de esta programación especial, el público más joven también ha sido protagonista. Con el nuevo plano ilustrado, diseñado por la artista visual e ilustradora Daniela Martagón y del que ya se han distribuido más de 1.000 ejemplares, pequeños y adultos pueden imaginar y explorar el conjunto arquitectónico de Matadero. Este recurso es gratuito y todavía se entrega bajo demanda en el punto de información del centro.
En el taller de movimiento ‘Arquidanzantes’, que se desarrollará durante todo el otoño, los pequeños participantes pueden descubrir, analizar y aprender la historia del recinto a través de dibujos y experiencias, reconociendo los espacios a través de la danza.
Además, en Casa del Lector, continúan programados dos talleres con la arquitectura como protagonista. Misión urbana: explorando construcciones es una divertida yincana a través de la cual los participantes explorarán los detalles arquitectónicos de Matadero. Y el taller ‘Ladrillos creativos’, que permite a los pequeños analizar un elemento muy característico de la construcción del recinto: los ladrillos.
Hasta la fecha ya han participado en estos talleres 475 niños y niñas.
De matadero municipal a centro de creación contemporánea
Desde su apertura en octubre de 1924 como matadero municipal, las labores industriales de procesado cárnico se desempeñaron en este gran espacio hasta 1995, fecha en que esa actividad se trasladó definitivamente a Mercamadrid. Dos años después, la edificación fue incluida en el Catálogo de Edificios Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, y en 2003, tras un detallado estudio de viabilidad, se le otorgó uso cultural.
De estilo neomudéjar en ladrillo y mampostería en piedra con decoraciones geométricas en cerámica, como era característico en la arquitectura industrial madrileña de su momento, la edificación iniciaba una segunda vida tras prestar servicio durante más de 70 años. Entre 2003 y 2007 vivió una auténtica revolución que implicó a profesionales de la arquitectura, el diseño, el urbanismo, el arte y la creación, la investigación y la gestión cultural.
El proyecto, liderado por el Ayuntamiento de Madrid, supuso un reto inédito: transformar este recinto ya histórico en un centro cultural pionero, manteniendo las huellas del pasado y respetando al máximo su valor patrimonial. Asumieron el reto los arquitectos Antón García Abril; Arturo Franco y Fabrice van Teslaar; José Antonio García Roldán; Emilio Esteras y Justo Benito; Ginés Garrido, Carlos Rubio y Fernando Porras; Alejandro Virseda, Iñaki Carnicero e Ignacio Vila Almazán; Bcp Ingenieros, María Langarita y Víctor Navarro; José María Churtichaga y Cayetana de la Quadra-Salcedo. Estos trabajos despertaron gran interés en todo el mundo y han recibido reconocimientos como el premio Mies van der Rohe, y galardones del COAM, la FAD y la Bienal Española de Arquitectura.