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El Parque Juan Carlos I de Madrid, paraíso de la élite del ‘wakeboard’

by Gacetín Madrid

Conocido mundialmente por ganar todas las competiciones de wakeboard posibles, Dominik Hernler continúa dejando huella gracias a su incansable afán por descubrir y afrontar nuevos desafíos. En este último proyecto, “Winch Fiesta”, el nativo de Carintia y MillstäJer See, y su simpático amigo suizo Maxime Giry, utilizan el Parque Juan Carlos I, en el distrito madrileño de Barajas, como su patio de recreo personal demostrando una vez más que la creatividad en este deporte no tiene límites.

Después de que Giry le hablara a Hernler de este nuevo “spot” al nordeste de Madrid, los wakeboardes no tardaron mucho en viajar a la capital para comprobar lo que, sobre el papel, parecía el lugar perfecto para su nuevo desafío. Inaugurado en 1992 con Madrid como Capital Europea de la Cultura, el parque ocupa una superficie de 220 hectáreas. Además, los numerosos elementos artísticos y esculturas, cursos de agua, puentes y estanques de hormigón, lo convierten en el paraíso urbano perfecto dentro Madrid.

«Parece como si el parque estuviera diseñado para nosotros” comentaba el wakeskater francés, fascinado por las características del Parque. «Este lugar ofrece infinitas posibilidades y nos permite a los riders hacer muchas cosas. La arquitectura que haydetr ás es preciosa, hay muchos detalles, ángulos, y el juego de luces y sombras hace que las fotos sean únicas» comentaba Giry.

A diferencia de la mayoría de los proyectos de Winch, el Parque Juan Carlos I combina innumerables características en un solo lugar. Caminar de un lugar a otro es un auténtico sueño para los deportistas. Además, las numerosas piscinas alineadas con saltos de nivel crean una línea de 3 caídas, ideales para que Max hiciera sus shuvit inspirados en el skate, y Dominik practicara sus verticales en las paredes de hormigón.

«Podríamos estar grabando aquí años. Este lugar ofrece un abanico infinito de posibilidades de juego. Es increíble” aseguraba Hernler. Max y Dominik han dado una nueva perspectiva al Parque Juan Carlos I creando una visión diferente que probablemente también hubiesen disfrutado sus arquitectos.

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