La Comunidad de Madrid ofrecerá, en su programación navideña de Teatros del Canal hasta el 8 de enero, una selección muy especial, en la que brillará más que nunca la danza, con títulos tan clásicos en estas fechas como El cascanueces o Coppélia, recuperando con ello la tradición europea de organizar destacados espectáculos de esta manifestación artística en estas fiestas.
La propuesta pondrá el foco en los espectadores más pequeños, que serán recibidos por un árbol de Navidad gigante, creando una gran plaza donde podrán disfrutar de diferentes de actividades participativas para todos los públicos, en turnos de mañana y tarde, con talleres de maquillaje, teatro de marionetas, cuentacuentos y espectáculos de calle que se desarrollarán en cuatro cabañas instaladas en el exterior del recinto.
Uno de los cuatro espectáculos de danza de primer nivel que se exhibirán a partir de diciembre será El cascanueces, bajo la batuta de Blanca Li, la directora artística de los Teatros del Canal, que ha concebido una imaginativa y actual coreografía. Esta obra se estrenó originalmente en 1892 con música del ruso Piotr Ilich Chaikovski, ballet que logró una popularidad que no ha decaído a lo largo de este tiempo, convirtiéndose en una de las citas más esperadas de cualquier programación cultural de estas fechas.
Este clásico llegará al Canal del 21 al 30 de diciembre en una versión muy contemporánea, con unos arreglos innovadores basados en inesperados sonidos urbanos, de modo que la obra vibra con los pasos de sus ocho virtuosos bailarines. La música del compositor ruso es interpretada en una grabación por la Fundación Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid.
Igualmente, Les Ballets de Monte-Carlo visitarán Teatros del Canal del 5 al 8 de enero con una reinterpretación de la fábula de Coppélia, titulado Coppél-iA, el famoso ballet de Lèo Delibes que, en versión futurista, aliñado con inteligencia artificial, dirige el reconocido coreógrafo francés Jean Christophe Maillot. El coreógrafo francés y director de esta compañía ha actualizado la narrativa concibiendo una historia de dos prometidos cuyo amor se vería desafiado por la aparición de la inteligencia artificial.
Como anticipo a las fechas más propiamente navideñas, vuelve a la Sala Roja, la Compañía Nacional de Danza. Uno de los atractivos de este regreso, del 1 al 8 de diciembre, es que dos de las tres piezas que presenta son estrenos absolutos. La formación que dirige Joaquín de Luz firma uno de ellos, Passengers Within, y el coreógrafo italiano Valentino Zucchetti el otro, Where you are, I feel. Además, la compañía española bailará Love Fear Loss, del brasileño Ricardo Amarante, inspirados en las canciones de amor Edith Piaf.
Homenaje a Federico García Lorca
La idea de Passengers Within está inspirada en la sociedad actual. Según la compañía, vivimos en un paradigma donde somos esclavos del sistema. Desde que uno se levanta es bombardeado, sin pausa, por olas de información incesables como la música de Philip Glass, que constituye la banda sonora de esta pieza. Los estereotipos, la moral nos comprometen a seguir un guion demasiado genérico como para ser individuos. La pareja principal de este espectáculo representa a la gente que está despertando, que se cuestiona las cosas. No quieren ser pasajeros, sino dictar su propia vida a partir de su esencia y su presencia.
El cuarteto de espectáculos coreográficos de Navidad de Teatros del Canal lo completa un particular homenaje con motivo del centenario del estreno de la primera obra de teatro de Federico García Lorca, El maleficio de la mariposa, los días 10 y 11 de diciembre.
El Ballet Flamenco de Andalucía, un emblema de la cultura andaluza y del arte jondo, revisita con este espectáculo las coreografías, danzas y bailes que acompañaron a Lorca a lo largo de su carrera. Una parte corresponde a aquellas colaboraciones que el poeta granadino realizó con artistas como Antonia Mercé la Argentina o Encarnación López la Argentinita. Y otra parte alude a aquellos bailes que, aun formando parte de su época, no llegó a ver, como los de Carmen Amaya, o los de Martha Graham, que entonces, durante el viaje de Lorca a Estados Unidos, creaba en Nueva York y que se hace presente en este espectáculo con la pieza Deep Song.
El sonido, la escenografía y el vestuario de El maleficio de la mariposa corresponden al siglo XXI, pero en los bailes y danzas se han fijado los movimientos, rigurosos y fieles a sus tiempos, conformando una especie de antología de la danza del siglo XIX hasta mediados del XX.