La Comunidad de Madrid ha habilitado en los vestíbulos de todas las estaciones del Metro de Madrid un código QR para que los usuarios puedan descargarse gratuitamente el plano de toda la red del suburbano en formato digital. Hasta el momento, ya son más de 232.600 viajeros los que lo tienen activado en sus teléfonos móviles.
En los mostradores de los supervisores comerciales, los usuarios encuentran dos tipos de códigos para bajarse el mapa. Con el primero se descarga directamente, mientras que con el segundo se obtiene la aplicación oficial que, además del plano, da acceso al resto de utilidades que ofrece la app. Entre ellas están la búsqueda de la estación más cercana, el trayecto recomendado entre dos puntos, la previsión de paso de los trenes en las diferentes estaciones o la información en tiempo real tanto del estado de la circulación o el funcionamiento de ascensores y escaleras mecánicas.
La tirada en papel se redujo en 2020 como consecuencia de la pérdida de viajeros y de las medidas impuestas por la pandemia del COVID-19. Se pasó de 6 millones en 2019 a 2 millones en 2020, cifra que se mantuvo en 2021 y, también, en el presente año. Con esta iniciativa digital, Metro de Madrid ajusta la tirada a la nueva realidad en la que cada vez es más frecuente el uso de soluciones en dispositivos móviles, al tiempo que contribuye a un menor impacto medioambiental al bajar el consumo de papel.
La versión física del plano seguirá estando disponible en las estaciones y continuará habiendo ediciones extraordinarias, con diseños conmemorativos o alusivos a determinados eventos o momentos históricos. Recientemente se hizo uno especial junto a la Asociación de Editores de Madrid: el Plano Literario de Metro, en el que los nombres de las estaciones cambiaron por el de los títulos literarios elegidos por lectores y viajeros del suburbano.
Un plano con mucha historia
El actual diseño está inspirado en el plano de principios de los años 80, que coincidió con un proceso de rediseño de identidad de la compañía.. Su composición tiene en cuenta la opinión de los usuarios, especialmente las peticiones en material de legibilidad y accesibilidad por parte de los colectivos de personas con discapacidad.
En 2010, los madrileños eligieron el mapa de Metro como legado para introducir en la cápsula del tiempo que la Comunidad de Madrid enterró bajo el monumento a Cervantes. En una votación popular, también lo seleccionaron como uno de los elementos para legar al futuro, junto al euro o la Constitución.