- Se celebra el centenario de su nacimiento.
- Durante el acto se interpretarán canciones de otras mujeres, como reivindicación de su contribución a la historia de la creación musical en diferentes culturas. Su canción más conocida es “Gracias a la vida”, reinterpretada por numerosos artistas iberoamericanos.
- Violeta Parra fue la precursora de la ‘Nueva Canción Chilena’, un importante movimiento que reivindicaba la cultura tradicional y folclórica y al que pertenecieron, entre otros, Víctor Jara o los hermanos Parra, hijos de la cantante.
Este jueves, 21 de diciembre, a las 21:00 horas, el Club de Poesía Viva de Villa de Vallecas realizará un homenaje a la cantante chilena Violeta Parra, en el Centro Sociocultural Francisco Fatou (calle de Manuel Vélez, 10), con motivo del centenario de su nacimiento.
El acto consistirá en la lectura de textos de la cantante, al que seguirá el concierto “Voz de Mujeres”, en el que la artista argentina Mariela Casetta, acompañada por el guitarrista Sergio Sleiman, interpretará algunos de los temas de Violeta Parra, junto con otras canciones compuestas por otras autoras, en reconocimiento también a la contribución femenina en la historia de la creación musical, en diferentes culturas de todo el planeta.
Violeta Parra es un importante referente en esta reivindicación dado que ha sido considerada como la precursora de un movimiento musical conocido como ‘Nueva Canción Chilena’, a la que estuvieron vinculados artistas como Víctor Jara; Ángel e Isabel Parra, hijos de Violeta, y grupos como Quilapallún o Inti Illimani, entre otros. Esta corriente musical se desarrolla durante los años 1964 y 1973, casi una década en la que sus integrantes lograron recuperar la cultura tradicional, adaptándola también a otros ritmos.
Una carrera dedicada a divulgar la tradición y la cultura chilenas
La obra musical de Violeta Parra (1917-1967) es una reivindicación del folclore chileno, que trasciende a toda América Latina. Una de sus máximas preocupaciones fue la recopilación de los cantos populares y tradicionales de todo su país, lo que le permitió conocer a grandes poetas, como Pablo Neruda y editar sus “Cantos folclóricos chilenos” libro en el que recogió más de 3.000 canciones.
Este trabajo recopilatorio pronto tuvo reconocimiento tanto dentro como fuera de su país, catapultando su carrera artística hacia Europa, donde actuó en los países nórdicos, Polonia, Unión Soviética, Alemania, Italia y Francia, en cuya capital fijó su residencia durante una larga temporada.
De regreso a su Chile natal, intentó crear un centro de cultura folclórica, como referente cultural, pero no consiguió los resultados esperados. A este fracaso se unió la ruptura definitiva con Gilbert Favre, lo que le provocó un estado depresivo. De esta época surgieron algunas de sus canciones más conocidas, como “Gracias a la vida” o “Volver a los 17”.
Paradójicamente, un año después de crear estos dos temas, ensalzado la vida y el amor, se suicidó. Muchos estudiosos de su obra, han interpretado ambos temas como canciones de despedida. Posteriormente, estas composiciones han sido interpretadas por numerosos artistas, entre otros, Mercedes Sosa, Joan Báez o Joan Manuel Serrat.
En España, la gran difusión de su obra fue durante los últimos años del franquismo y los primeros de la transición democrática. Aunque ella ya no pudiera cantar, sus composiciones alcanzaron un gran éxito a través de sus propios hijos y la visita de grupos como Quilapayún o Inti Illimani, exiliados tras el golpe de Estado de Chile dado por el general Pinochet.
Como homenaje a su figura, otros cantautores le han dedicado algunas de sus letras, como Silvio Rodríguez, Chabuca Granda, Luis Pastor, o Joaquín Sabina, entre otros. En reconocimiento a toda su trayectoria profesional, el día 4 de octubre –fecha de su onomástica- ha sido elegido como el día de los músicos chilenos.