El Archivo Regional de la Comunidad de Madrid acaba de incorporar al Fondo Mahou 25.000 nuevas imágenes, procedentes de la digitalización de los originales, que se ha realizado en virtud de la beca remunerada que la empresa Mahou, S.A., otorgó hace un año. Esta actividad se enmarca dentro de los convenios de colaboración y sucesivas prórrogas que la Comunidad y Mahou, S.A., vienen firmando desde finales de 2011.
Hasta el momento, ya se han digitalizado más de 225.000 imágenes y cualquier ciudadano puede consultar la descripción de los documentos que componen el Fondo Mahou en el Portal de Archivos, al que se están incorporando progresivamente las imágenes digitales que corresponden a cada uno de esos documentos.
Gracias a los acuerdos firmados, la Comunidad de Madrid salvaguarda un archivo de gran valor histórico integrado por documentos como libros registro de clientes, planos de instalaciones, folletos… La digitalización facilita la consulta de este fondo, que comprende todos los documentos generados desde la constitución de la firma hasta el traslado de la fábrica de cervezas al Paseo Imperial de Madrid, entre 1869 y 1975.
Con el traslado de la fábrica, en 1962, a esta nueva sede, los documentos más antiguos de la empresa Mahou se quedaron en la anterior fábrica de la calle Amaniel hasta que la Comunidad adquirió el edificio para convertirlo en Archivo Regional y, casualmente, los descubrió. El Fondo Mahou, que está siendo íntegramente digitalizado, fue incorporado al Archivo Regional de la Comunidad en 1990.
Incorporación de fondos de carácter privado
El Archivo Regional de la Comunidad de Madrid realiza un importante esfuerzo para incorporar nuevos fondos de carácter privado bien mediante compra, como los archivos fotográficos de Gerardo Contreras o Nicolás Muller, o a través del depósito temporal, como es el caso del Archivo Donoso Cortés, depositado por sus propietarios por cinco años prorrogables.
El objetivo de la Comunidad de Madrid es incrementar la riqueza del patrimonio documental disponible para la consulta de todos los ciudadanos y reforzar la vocación del Archivo Regional como un centro que quiere trascender la memoria puramente institucional de la región, de modo que tengan cabida en él también los documentos producidos por la sociedad civil, sus escritores, sus políticos, sus fotógrafos o sus empresas, como ya ha ocurrido con Mahou.