La Policía Nacional ha propinado un golpe contundente a la banda juvenil violenta de los Trinitarios, logrando la detención de 15 jóvenes durante una operación de alta complejidad llevada a cabo el pasado viernes, 17 de octubre, por la noche. Los arrestados enfrentan graves cargos que incluyen secuestro, robo con violencia, tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.
La acción policial, en la que participaron conjuntamente agentes de las comisarías de Moncloa y Tetuán, efectivos especializados de la Brigada Provincial de Información en bandas latinas, el Grupo Operativo Zonal (GOIZ) y guías caninos, culminó con el desmantelamiento total de las bases de la célula.
El núcleo de sus actividades se localizaba en el distrito madrileño de Tetuán. La banda utilizaba dos domicilios, uno de ellos okupado, situados en la calle de Artajona y en las inmediaciones de la avenida de Reina Victoria. Estos puntos no solo servían como centros de reunión y logística, sino también como escenario para sus crímenes. La operación se ha considerado especialmente relevante «por la violencia que ejercían», según un alto mando de la investigación.
Tras los registros efectuados en estas propiedades, los agentes decomisaron una cantidad significativa de sustancias estupefacientes, varias armas blancas, los teléfonos móviles que utilizaban para coordinar sus fechorías y diversa simbología propia de la banda.
Del trapicheo callejero al fraude financiero
Las investigaciones revelaron que el grupo había evolucionado de la venta de drogas a pequeña escala en la vía pública y zonas de ocio a formas de delincuencia mucho más sofisticadas y lucrativas, señalando una tendencia de la banda hacia prácticas de fraude financiero combinadas con la violencia.
El modus operandi consistía en abordar y coaccionar a jóvenes en la calle, especialmente en Moncloa-Aravaca, para forzarlos a trasladarse a las bases de Tetuán. Allí, las víctimas eran retenidas ilegalmente y obligadas a facilitar las claves de acceso a sus cuentas bancarias. El punto final de la extorsión era llevarlos a cajeros automáticos para efectuar la retirada del dinero.
La clave que precipitó el operativo fue la denuncia interpuesta por el padre de una de las víctimas, quien alertó a la Policía Nacional sobre los hechos. Los agentes ya seguían de cerca a este grupo por sus actividades delictivas en los distritos de Tetuán y Moncloa-Aravaca antes de que se produjera esta denuncia.

