La compañía Marie de Jongh regresa a los escenarios de Teatros del Canal con la representación de AMA. La terrible belleza desde ayer hasta el 22 de febrero en la Sala Negra. Esta creación, que aborda el enfrentamiento humano a la necesidad de cuidar y ser cuidado, es además la primera pieza de la compañía orientada a un público adulto.
En AMA, se narra la historia de Mario , un artista que vive en un loft reconvertido en su propio estudio de pintura y que debe enfrentarse al cuidado de sus padres, de ya avanzada edad y de su pequeña hija. De este modo, aunque se afana en conseguir estar a la altura de los cuidados demandados, se encuentra con la crudeza de la realidad cotidiana y se enfrenta a un viaje rodeado de pasado hacia un futuro que se antoja incierto. Así, la obra aborda el cuidado de los padres cuando llegan a ancianos y de cómo éstos se llevan parte de sus hijos cuando se van definitivamente. AMA es, según la propia compañía, un canto a la fortaleza de unos personajes frágiles y asustados.
Esta obra nace tras tres años de investigación de la compañía, cuyo objetivo era reflejar la dureza de una realidad que afecta a muchas personas y que deja al desnudo los conflictos y miedos de la naturaleza humana. Para plasmar esta realidad, la compañía quiso mezclar ese reflejo de la realidad con el surrealismo y otorgarlo todo de una belleza armónica dada por la paleta de colores utilizada en el montaje.
Además, como suele ser recurrente en las obras de Marie de Jongh, no existe texto y los rostros de los personajes aparecen ocultos tras máscaras, pero en esta ocasión se trata de ‘máscaras – cero’, que carecen de cualquier rasgo humano. Con el uso de esta técnica se pretendía situar a los personajes al borde de un abismo figurado, deshumanizándolos en cierto modo porque, según explica la compañía, “todos vivimos en esa delgada y frágil frontera más allá de la cual está lo terrible, donde habitan los monstruos a los que tememos”.
Sobre Marie de Jongh
La compañía vizcaína Marie de Jongh nació en 2008 con el objetivo de crear historias orientadas a un público intergeneracional. Sus obras, escritas y dirigidas por el dramaturgo Jokin Oregi poseen unos rasgos reconocibles y distintivos que hacen de esta compañía un ejemplar único en la industria. Emoción, sensibilidad y belleza son los rasgos definitorios de este teatro que, sirviéndose únicamente de gestos (no usa texto), consigue llevar complejas temáticas a escena.
A lo largo de su trayectoria han desarrollado un total de 9 producciones que les han valido numerosos reconocimientos. En 2017 recibieron el Premio Max a Mejor Espectáculo Infantil o Familiar por su obra Amour, y en 2018 recibió el Premio Nacional de Artes Escénicas para la infancia y la juventud consagrándose así como referente en el teatro para todos los públicos.