El Índice General cayó tres décimas tanto en la Comunidad de Madrid como en el conjunto de España y cierra noviembre en el 3,0 % (dos décimas menos que a nivel nacional). Se trata del mayor descenso mensual en lo que va del 2023, que aún experimenta un aumento de los precios del 2,7%.
La inflación subyacente también volvió a moderarse por cuarto mes consecutivo y se sitúa en el 4,2%, su nivel más bajo desde marzo del 2022, cuando comenzó a dispararse debido a los efectos sobre la economía de la invasión rusa de Ucrania. Es seis décimas menor que hace un mes y tres décimas inferior a la tasa nacional.
La cesta de la compra volvió a encarecerse un 0,5% (+0,1 en el conjunto de España) y acumula 29 meses consecutivos al alza. Si bien el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas muestra una clara tendencia hacia la moderación desde enero, las familias madrileñas gastan un 9 % más en comer que hace un año y casi un 30 % más que en enero del 2021. El apartado más inflacionista, sin embargo, fue el de vestido y calzado (3,2% mensual y 5,4 % anual).
Vivienda (-1,0 %) y transportes (-1,5 %) fueron los grupos más beneficiados debido al descenso de los precios del agua, la electricidad, el gas y los productos derivados del petróleo. Sin embargo, se prevé que esta tendencia en los próximos meses se frene debido a la finalización del llamado ‘efecto base’, ya que a finales del año pasado experimentaron una gran bajada tras meses de constantes subidas.
También experimentaron un fuerte retroceso los grupos de ocio y cultura (-1,3 %) y hostelería (-0,9 %), aunque siguen siendo un 3 y un 6 % más caros que hace un año, respectivamente. El resto de los apartados de la tabla experimentaron ligeros aumentos de una o dos décimas.
«Los salarios deben subir proporcionalmente a los precios»
“Son buenos datos que permiten un respiro a las huchas de las familias. Sin embargo, esta tendencia a la moderación de los precios no puede ocultar el hecho de que las personas trabajadoras llevan perdiendo poder adquisitivo durante muchísimos meses, con una inflación estructural siempre superior a la subida de los salarios. Solo con subidas salariales proporcionales al aumento del coste de la vida podremos recuperar la capacidad de compra y de consumo; y eso sólo puede lograrse con amplios acuerdos, y más valientes, entre gobiernos y agentes sociales”, explica la secretaría general de USO-Madrid, María Concepción Iniesta.