La Comunidad de Madrid invita a conocer la figura del genial artista Antonio Ruiz Soler, en la celebración del centenario de su nacimiento, con la exposición virtual Antonio. Cien años del nacimiento de ‘el Bailarín’. En ella, a través de los documentos textuales y fotográficos del Archivo Regional, se ahonda en la vida profesional y personal de este maestro de la danza.
Estos escritos y fotografías permiten descubrir su personalidad, cuanto menos compleja, así como sus cualidades como bailaor, coreógrafo y director artístico. El Fondo Antonio Ruiz Soler, ‘Antonio el Bailarín’, custodiado en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid desde el año 2001, está compuesto por material de marcado carácter personal que se complementa con imágenes de los fondos fotográficos Cristóbal Portillo, Gerardo Contreras y Martín Santos Yubero. Los más de 35 documentos que se exhiben pueden consultarse en el catálogo que se expone en el Portal de Archivos de la Comunidad de Madrid www.madrid.org/archivos/index.php/actividades/exposiciones-virtuales.
Giras internacionales: de EEUU a la URSS
Los tres primeros apartados, de los nueve en los que se estructura la muestra, exponen la trayectoria internacional de Antonio. Durante los primeros treinta años de carrera formó pareja artística con Rosario y sus espectáculos recorrieron más de medio mundo. Realizaron multitud de giras por países de Europa, Sudamérica y Estados Unidos. Precisamente, y producto de sus continuas estancias profesionales en diversas ciudades americanas, la exposición virtual incluye su cartilla bancaria y su carné de identificación para acceder a los estudios Warner Bros de Hollywood.
Uno de los mayores hitos de su carrera artística fue su histórica gira, en 1966, por la Unión Soviética, que constituye el tercero de los capítulos. Antonio se convirtió en el primer artista español que actuó tras el telón de acero en plena Guerra Fría, cuando no existían relaciones diplomáticas entre España y la URSS.
Otro de los apartados más llamativos del catálogo relata el escandaloso episodio ocurrido en 1973, que supuso el ingreso en prisión del artista, acusado de blasfemia tras proferir un exabrupto de tinte religioso durante el rodaje de la película El sombrero de tres picos, que se estaba llevando a cabo en la plaza de Arcos de la Frontera (Cádiz). Los documentos del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid reflejan cómo ‘el Bailarín’ terminó entre rejas y las gestiones realizadas para intentar, en primer lugar, que no se ejecutara la pena y, posteriormente, que se le indultara.
Autobiografía inconclusa
La exhibición continúa descubriendo a un Antonio interesado por la escritura. Así lo demuestran diferentes textos mecanografiados como el que titula ‘Yo bailé para Kennedy’, donde cuenta sus impresiones durante su actuación en la Casa Blanca. Este apartado recoge una de las piezas más interesantes de esta muestra: una autobiografía inédita y manuscrita por el propio artista en la que relata su infancia a un lector imaginario. Se trata de una obra inconclusa de la que se desconoce la motivación de su redacción y que tiene un revelador comienzo al afirmar: “Recuerdo desde que tenía cinco años que sería un bailarín y que mi vida estaba destinada al teatro…”.
Cierra este recorrido virtual un capítulo dedicado a alguna de las múltiples condecoraciones y distinciones de las que fue objeto Antonio ‘el Bailarín’, que reconocen su brillante trayectoria profesional. Todos estos reconocimientos son solo algunos de sus muchos logros y dan fe de la importancia de este sevillano universal, que creó un lenguaje propio en el mundo de la danza, fusión de flamenco y ballet clásico, convirtiéndose en uno de los más grandes bailaores de todos los tiempos y en uno de los artistas que mayor y más perdurable influencia ha tenido y sigue teniendo en todas las generaciones de la danza y el baile español.