- La pieza escénica genera un collage de múltiples experiencias, en las que conviven cosas que no están destinadas para estar juntas, y reflexiona sobre las formas de representación contemporánea.
- The Stain se enmarca en el proyecto Terreno Común que pone en relación a artistas latinoamericanos y españoles.
- La obra de María Jerez se ha visto en festivales y espacios de creación y exhibición contemporánea de Alemania, Francia, Inglaterra o España.
Naves Matadero muestra el trabajo de María Jerez, The Stain, los próximos 29, 30 y 31 de marzo. La pieza escénica ha sido creada en residencia dentro del proyecto Terreno Común, iniciativa de la fundación Siemens Stiftung en co-producción con Naves Matadero, y que proporciona un espacio de trabajo para que artistas latinoamericanos confronten e intercambien perspectivas con artistas locales.
Durante el proceso de creación de la pieza The Stain, María Jerez ha invitado a un carpintero, a un músico, a un pintor, a un panadero y a un diseñador de luces a trabajar con ella y ha puesto a convivir cosas que no están destinadas a estar juntas. The Stain es parte del proyecto de investigación La paradoja con los pelos mezclados.
Jerez explica: “The Stain es un espacio de conocimiento compartido donde desaparecen las clasificaciones firmes de la modernidad, que tienden a separar el conocimiento en campos segregados. Un espacio inestable donde entidades de diferentes naturalezas coexisten y coevolucionan en una coreografía de constantes encuentros con la otredad.”
La construcción de esta coreografía inestable, se centra en la idea de diseminación, colonización, invasión, coevolución y convivencia como un marco de pensamiento desde el cual relacionar “cuerpos” o fragmentos de “cuerpos” que no están pensados para estar juntos. Entendiendo “cuerpos” como objetos, personas, textos, sonidos, materias, colores, atmósferas, espacios, tiempo, espectadores, artistas…
La relación establecida entre estos “cuerpos” dispares no se basa en una relación “inteligente” que busca coherencia sino, por el contrario, busca la experiencia de un parentesco extraño. Todas esas cosas extrañas, ajenas, pertenecientes al exterior, comienzan a entrar en lo conocido, en lo propio, en el interior, haciendo que lo conocido deje de serlo.
María Jerez, una de las artistas contemporáneas españolas más innovadoras y por lo tanto necesarias, desarrolla su obra artística entre el arte en vivo, el cine, la coreografía, la arquitectura y las artes visuales. Por eso, es habitual ver su obra en los festivales y espacios internacionales de creación y exhibición contemporánea como Tanzfabrik (Berlin), Fondation Cartier pour l’Art Contemporain (Paris), Humain Trop Humain CDN (Montpellier) o el Southbank Centre, (Londres) y en los españoles MACBA, Mercat de les Flors, Festival Salmon, Tabakalera o Veranos de la Villa, entre otros muchos.
Desde 2004 ha creado piezas que exploran la relación con el espectador como el espacio donde los modos de representación se ponen en crisis. Desde El Caso del Espectador a sus últimas piezas Blob y Yabba, esta relación ha mutado de un lugar de “entendimiento” de las convenciones teatrales y cinematográficas a la pérdida intencional de referencias donde la artista, la pieza y el espectador se comportan entre ellos como extraños.
A partir de 2010 compagina la creación artística con la organización de Living Room Festival (Madrid) junto a Juan Domínguez, Luis Úrculo y Cuqui Jerez; el comisariado de PICNIC SESSIONS 2017 en CA2M de Móstoles y la docencia en el Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual UCLM.