El Proyecto Kermés actuará desde intervenciones socioeducativas, acciones con quienes viven en los barrios y creando redes que impliquen a otras entidades sociales y administrativas
Convivencia, diversidad e igualdad es el punto de partida del Proyecto Kermés en el que ha comenzado a trabajar la Asociación Progestión. Un proyecto en el que se apuesta por el diálogo y la convivencia intercultural en barrios en los que viven un número significativo de personas de otros países.
La iniciativa cuenta con el respaldo del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social y de la Unión Europea y ha empezado a llevarse a cabo en el distrito de Latina, en Madrid, así como en los barrios de Vadillo-Circular, Pajarillos Bajos y Pilarica de Valladolid.
Con este proyecto, la Asociación Progestión quiere llamar la atención sobre «la importancia de la diversidad cultural como riqueza y el valor que aporta a la vida de los barrios frente a quienes aprovechan esto como elemento xenófobo y promoviendo actitudes racistas».
Kermés trabaja con la idea de la sensibilización intercultural, con actividades que quieren dar respuesta a las necesidades sociales de la población extracomunitaria, sensibilizar a la sociedad en general para poner en valor la diversidad cultural de estos barrios, al tiempo que previene la aparición de discursos y actitudes racistas y discriminatorias.
Para ello, habrá diferentes líneas de actuación, desde la intervención socioeducativa en centros escolares, las acciones comunitarias de convivencia intercultural y participación democrática, acciones con enfoque de género y empoderamiento femenino y trabajo en red con otras entidades sociales y administraciones.
La educación, eje central
“Un ámbito central de nuestro proyecto es la educación. Entendemos que la escuela es un espacio de aprendizaje, convivencia e integración esencial. Niñas, niños y adolescentes aprenden no sólo los contenidos curriculares sino las actitudes y normas de convivencia, desarrollan su personalidad en interrelación con las demás y para el alumnado de familias extranjeras o en exclusión social, puede suponer la principal herramienta para mejorar sus oportunidades”, destacan desde la coordinación del proyecto.
En este sentido, para las familias migrantes el ámbito escolar es uno de los primeros, junto al laboral, donde se producen contactos y vínculos con la población autóctona, lo que permite promover la participación. En esta línea, se han incluido actividades con toda la comunidad educativa, alumnado, profesorado y familias.
Trabajando con la gente de los barrios
La dimensión comunitaria del proyecto pretende apoyar la convivencia intercultural en los barrios. Se va a trabajar para lograr la participación activa de personas migrantes y autóctonas y se quiere contar con la implicación de otras entidades y administraciones públicas.
“Con ello, se busca prevenir la situación de simple coexistencia, donde personas de distinto origen residen en una misma área pero sin vínculos ni relaciones más allá del propio grupo de pertenencia”, apuntan desde Progestión.
En esta línea de actuación, se incluyen acciones para personas adultas, jóvenes, familias… que pretenden trabajar la lucha contra el racismo y la xenofobia, el desarrollo de un sentimiento de pertenencia o la mediación y prevención de conflictos, entre otros.
Especial atención a la mujer
A las dificultades a las que se enfrentan las mujeres extranjeras por el propio hecho migratorio, se suma la discriminación que sufren por su condición femenina. Así que se llevarán a cabo acciones específicas destinadas al empoderamiento de las mujeres, la igualdad de oportunidades y la lucha contra la violencia de género desde una perspectiva intercultural.