La Comunidad de Madrid expone en el complejo ‘El Águila’ del distrito madrileño de Arganzuela más de 200 originales de libros clásicos ilustrados por Fernando Vicente, realizados en los últimos diez años y entre los que se encuentran Drácula, Peter Pan, Alicia a través del espejo, Cumbres Borrascosas, El hombre que pudo reinar y Sherlock Holmes. Esta exposición se podrá ver de forma gratuita en la calle de Ramírez de Prado hasta el próximo 20 de abril,
La directora general de Patrimonio Cultural, Paloma Sobrini, ha señalado este sábado que con esta exposición la Comunidad de Madrid quiere reivindicar «la importancia de la ilustración como manifestación artística propia y su papel protagonista dentro del mundo del libro”.
“Fernando Vicente es un magnífico exponente de la nueva ilustración madrileña. Ha desarrollado su actividad tanto en la ilustración literaria como en el mundo de la publicidad o en el mundo de la historieta”, ha señalado Sobrini. Quienes visiten esta exposición podrán ver cómo el autor aborda cada libro aportando una manera nueva de mirar a los clásicos.
Biografía del ilustrador
Fernando Vicente es un pintor e ilustrador nacido en Madrid. De formación autodidacta, sus primeros trabajos como ilustrador aparecieron en la primera mitad de la década de los ochenta, en plena movida madrileña, en las revistas Madriz, donde publicaría de forma continuada tanto en el ámbito de la ilustración como de la historieta, y en la La luna de Madrid.
Desde 1999 hasta la actualidad publica en el diario El País y sus diversos suplementos, siendo de especial importancia sus colaboraciones en el cultural Babelia del que ha realizado más de 80 portadas. Gracias a este trabajo ha ganado tres premios Award of Excellence de la Society for News Design.
La técnica empleada es la misma tanto para la ilustración como para la pintura, el acrílico, cambiando únicamente el soporte, el papel en el primer caso y el lienzo en el segundo. Vicente trabaja siempre de pie, frente a un gran caballete, incluso en el caso de la ilustración. El uso del ordenador se limita, cuando es necesario, únicamente al acabado final: tipografías, aplicación de colores de fondo o collages.