Cientos de vecinos con el apoyo de Más Madrid y PSOE exigen el cierre de la incineradora de Valdemingómez: «no pueden seguir viviendo sometidos a las constantes emisiones tóxicas»

Gacetín Madrid

Rechazo rotundo de los movimientos vecinales y ecologistas de la región a los planes del ejecutivo de José Luis Martínez-Almeida de prolongar 15 años más la vida de la «vieja y peligrosa» incineradora de Las Lomas, en Valdemingómez.

Para mostrar esta oposición, la Mesa de Trabajo por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, formada por la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y el Grupo de Acción por el Medio Ambiente (GRAMA), con el apoyo de la Asociación Vecinal PAU del Ensanche de Vallecas, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, la Plataforma Aire Limpio Norte, Amnistía Internacional Madrid y la Plataforma por el cierre del vertedero de Pinto/Getafe, han celebrado esta mañana la VI Marcha por el cierre de la incineradora de Valdemingómez.

En un itinerario de ida y vuelta, unas 400 personas han recorrido los 4,5 kilómetros que separan la estación de Metro de Valdecarros (Villa de Vallecas) de la incineradora, atravesando dos vías pecuarias, la Colada de Valdelaculebra y la Colada del Congosto, y la M-50. La marcha, en la que han participado representantes de Más Madrid y PSOE, tras pasar por la puerta de la planta de Las Lomas, ha finalizado ante su depósito de cenizas, donde se almacenan, al aire libre, cientos de sacas que contienen toneladas de cenizas procedentes de la incineración de basura.

Durante el trayecto, los participantes pudieron conocer de primera mano las dimensiones del Parque Tecnológico de Valdemingómez y de la incineradora, así como sus afecciones sobre las zonas más cercanas, entre las que se encuentran los nuevos desarrollos de El Cañaveral, Los Ahijones, Los Berrocales y Valdecarros. Este último barrio, que cuando se termine contará con 51.000 viviendas, se encuentra a apenas 2 kilómetros de la incineradora, al igual que el Ensanche de Vallecas, el lugar, junto a la Cañada Real, más afectado en estos momentos por las emisiones tóxicas de Valdemingómez.

En la marcha participaron vecinos de estos dos lugares, así como de otras zonas de Villa de Vallecas, Puente de Vallecas, El Cañaveral (Vicálvaro) y Rivas-Vaciamadrid, «igualmente afectadas por los humos tóxicos de la instalación». Se calcula que unas 700.000 personas, que residen en un radio de 10 kilómetros de Las Lomas, «están sometidas hoy a estas emisiones que contienen sustancias peligrosas».

Ante su depósito de cenizas, que ha sido objeto de denuncias por su «mala gestión», portavoces de la organización de la marcha recordaron las intenciones del ejecutivo que dirige José Luis Martínez Almeida de prorrogar la vida de la incineradora 15 nuevos años, «un auténtico disparate pensado para beneficio de las empresas que explotan la planta», han criticado.

La incineradora de Valdemingómez entró en funcionamiento en 1995. Con casi 30 años de vida, no ha estado exenta de polémica desde sus inicios, por los problemas de emisiones de contaminantes orgánicos potencialmente cancerígenos. En 2019, la corporación de Manuela Carmena aprobó la Estrategia de Prevención y Gestión de Residuos de la ciudad de Madrid que incluía el compromiso de reducir la incineración a la mitad en 2022 y eliminarla en 2025. La Comunidad de Madrid recurrió la estrategia y, en 2020, el equipo de Gobierno municipal de José Luis Martínez-Almeida renunció a defender la Estrategia, «dejando a Madrid sin un plan para reducir la incineración y cerrar la planta en 2025».

En 2021 y 2022, estudios independientes de la Fundación ToxicoWatch, coordinados por Zero Waste Europe y con la colaboración de la Mesa de Trabajo por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, revelaron niveles alarmantes de dioxinas en el entorno de la incineradora, superando límites legales en alimentos como huevos. El Ayuntamiento desestimó estos hallazgos, calificándolos de «poco rigurosos».

Más recientemente, apenas hace unos días, el Ayuntamiento de Madrid ha iniciado la tramitación para aprobar un nuevo contrato de concesión de servicios para la incineradora de 15 años de duración, un hecho que ha sido fuertemente contestado por los grupos vecinales y ecologistas con la presentación de diversas alegaciones.

Reyes Maroto (PSOE)

La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto, ha exigido el cierre temporal inmediato de la planta de incineración por «tener caducada la autorización ambiental, poniendo en riesgo la salud de los vecinos». La portavoz también ha acusado al alcalde de «ser el máximo responsable de que esta ciudad siga dependiendo de esta planta porque sigue sin aprobar una estrategia de residuos».

Para Maroto, “esta chapuza de gestión la están pagando los bolsillos de los madrileños”. Tras recordar que Madrid paga 20 millones de euros por la incineración, a los hay que sumar los 140 euros de media que «tendrán que pagar los vecinos en la nueva tasa de basura».

Rita Maestre (Más Madrid)

«La incineradora de Valdemingómez debe cerrarse en 2027, los vecinos no pueden seguir viviendo sometidos a las constantes emisiones tóxicas, que tienen repercusiones sobre la salud, como está demostrado científicamente», ha denunciado la portavoz municipal de Más Madrid, Rita Maestre.

«Con la incineradora había dos opciones, cerrar Las Lomas y acabar con la incineración en 2025, medida que estaba incluida en la Estrategia de Residuos aprobada con el gobierno de Manuela Carmena y que Almeida metió en un cajón», ha incidido. La segunda opción, «por la ha optado Almeida, era seguir dando pasos en la línea contraria potenciando y manteniendo la incineración hasta 2040».

Más Madrid, ha dicho Rita Maestre, «no lo va a permitir, el nuevo pliego del contrato que tiene que sacar el Ayuntamiento este año tiene que ser por un máximo de dos años, improrrogables, para que en 2027 estemos celebrando el cierre de la incineradora».

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