El poeta, dramaturgo, novelista, guionista y articulista español Antonio Gala ha fallecido a última hora de esta madrugada de domingo, 28 de mayo, a los 92 años de edad, tras varios años apartado de la vida pública y una larga trayectoria que le convirtió en uno de los escritores más importantes de nuestro país entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI. En los últimos meses se habían agravado las patologías que padecía.
De nombre de pila Antonio Ángel Custodio Sergio Alejandro María de los Dolores Reina de los Mártires de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos, nació y vivió su infancia en Brazatortas, provincia de Ciudad Real, hasta los 9 años. En 1939, su familia se trasladó a Córdoba, donde Antonio escribió sus primeras obras, impartiendo a los catorce años una conferencia en el Real Círculo de la Amistad, Liceo Artístico y Literario de Córdoba.
Lector precoz de Rainer Maria Rilke, Garcilaso, San Juan de la Cruz y otros autores, estudió desde la temprana edad de 15 años la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla y, como alumno libre, Filosofía y Letras, Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Madrid, obteniendo licenciaturas en todas ellas.
Al acabar sus estudios universitarios, inició la preparación de oposiciones al Cuerpo de Abogados del Estado, abandonándolo en un gesto que él recuerda como de rebeldía ante las presiones de su padre, para ingresar después en los cartujos. Pero la rígida disciplina monástica no estaba hecha para él, y, como cuenta en su autobiografía, Ahora hablaré de mí (2000), fue expulsado de la orden.
Se mudó entonces a Portugal, donde llevó una vida bohemia. En 1959 comenzó a impartir clases de Filosofía e Historia del Arte y recibió un accésit del Premio Adonáis de poesía por su obra Enemigo íntimo, empezando una exitosa carrera teatral y periodística, que le posibilitó desde 1963 vivir sólo de la escritura. A mediados de 1962 se marchó a Italia, instalándose en Florencia, donde permaneció casi un año. En este tiempo publicó en la revista mensual Cuadernos hispanoamericanos poemas de su libro La deshonra.
En 1973 sufrió en Madrid una perforación del duodeno que lo llevó al borde de la muerte y durante la convalecencia empezó a utilizar bastón, objeto del que ha reunido ya una gran colección, unos 3000 ejemplares, regalos de amigos y admiradores.
Ha publicado artículos en el suplemento dominical de El País, desde su fundación en 1976 hasta 1998, como «Charlas con Troylo», «A los herederos», «A quien conmigo va», etcétera; todos estos artículos han sido después recopilados en libros. Comenzó a escribir novelas en los años noventa, iniciándose con El manuscrito carmesí, que ganó el Premio Planeta en 1990. También ha colaborado en el diario El Mundo (entre 1992 y 2015), en este último con artículos de opinión breves publicados con el nombre de troneras.
El ritmo de creación y publicación de otras obras suyas ha descendido recientemente, y en varias ocasiones ha dado a entender que El pedestal de las estatuas puede ser su última novela. Creó la Fundación Antonio Gala para Creadores Jóvenes, dedicada a apoyar y becar la labor de artistas jóvenes. El 14 de diciembre de 2011 recibió el Premio Quijote de Honor 2011 a toda una vida que concede la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE).
El 5 de julio de 2011 el escritor hizo público en su tronera del diario El Mundo que padecía «un cáncer de difícil extirpación». En febrero de 2015, durante el homenaje que le brindó la ciudad de Málaga con motivo del nombramiento como Hijo Adoptivo y la entrega de la Medalla de la ciudad, manifestó estar libre ya de una dolencia que ha sobrellevado «más tiempo del debido» y afirmó: «Los doctores del Reina Sofía me han declarado libre del cáncer».
Foto: Antonio García (photoAtlas), CC BY 2.0