‘Gala’, una propuesta experimental e inclusiva de Jérôme Bel, en Condeduque

Gacetín Madrid

El Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, ofrecerá los próximos 20 y 21 de mayo el estreno en Madrid de Gala, un espectáculo del coreógrafo Jérôme Bel, que contará en escena con un nutrido elenco de actores y actrices profesionales y no profesionales.

Al inicio de Gala, Bel presenta al público una serie de diapositivas que muestran escenarios vacíos. Desde abigarrados escenarios de grandes casas de ópera a sencillos tablaos de teatros de barrio. La insistencia en presentarlos vacíos lleva a los asistentes a hacerse grandes preguntas. ¿Quién puede habitarlos? ¿Quién tiene permiso para acceder y quién no? ¿Qué significa la representación escénica? ¿Qué es lo distintivo que tiene un artista: la técnica, la belleza, el peso, el color?…

Así, en cada lugar donde se representa se escoge un variopinto y heterogéneo grupo de ciudadanos sin experiencia escénica previa que, tras un entrenamiento que no requiere técnica ni estudios previos, va a reclamar su derecho a bailar para ser visto. Mujeres y hombres, negros y blancos, obesos y delgados, discapacitados y capacitados, torpes y listos, pobres y ricos, bellos y feos, jóvenes, niños, mayores… gente, simplemente gente.

Toda esta investigación tuvo su punto de arranque en 2001 cuando Jérôme Bel estrenó The Show Must Go On, que sorprendió y deleitó a las audiencias con su espontaneidad y al mismo tiempo, calculada sencillez.

Jerôme Bel

Hay en Jérôme Bel (París, 1965) una preocupación que ha estado presente a lo largo de toda su carrera como coreógrafo, que abarca poco más de lo que va de siglo. La democratización del escenario ha sido y sigue siendo una práctica constante, que le ha alejado de las grandes estrellas, pero también, poco a poco, del bailarín profesional común. Si la danza es inherente al hombre desde los tiempos ancestrales, si bailar y ver bailar supone un placer (aún inexplicable) propio de los humanos, entonces el derecho a danzar sobre un escenario lo tenemos todos. No existe en su universo el cuerpo viable, la perfección técnica ni la pirueta de infarto. La suya, desde hace mucho tiempo, es una danza hecha por gente que baila. Gala, exitosa pieza que viene presentando desde 2015, lejos de ser excepción, es ejemplar de esta filosofía.

Foto: Ayuntamiento de Madrid.

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