Cuando se cumplen tres décadas del asesinato en Aravaca de Lucrecia Pérez, la inmigrante dominicana considerada como la primera víctima de xenofobia de nuestro país, el Pleno del distrito de Moncloa-Aravaca ha aprobado por unanimidad una declaración institucional en homenaje a su memoria y en recuerdo “a la ola de indignación que dejó claro que España no aceptaría a racistas asesinos en nuestras calles y que, desde la paz, la justicia y la solidaridad, trabajaría denodadamente por eliminar el odio y la xenofobia de nuestros barrios”.
Lucrecia Pérez fue asesinada a sangre fría el 13 de noviembre 1992 en las ruinas de la discoteca Four Roses por, como señala la declaración institucional, “algo tan absurdo como haber nacido fuera de nuestras fronteras, por ser de otro color, por puro odio…”. Con su recuerdo vivo, el Pleno de Moncloa-Aravaca ha reiterado la declaración del distrito como “un espacio acogedor, lugar libre de odio, racismo y xenofobia”.
Esta declaración será leída el próximo sábado cuando se descubra el busto, realizado por el escultor, José Gabriel Astudillo, en la glorieta que lleva el nombre de la trabajadora dominicana, situada en la confluencia de las calles de Acamar y Pico Ocejón, un acto al que asistirá también el embajador de la República Dominicana. Dos muestras más de que su asesinato no ha caído en el olvido, como lo demuestran también la placa colocada anteriormente en el lugar donde fue asesinada y el haber dado su nombre a esa glorieta del distrito.