El Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid (SUMMA 112) atendió en 2021 a más de 1.900 pacientes que se encontraban en parada cardiorrespiratoria y recuperaron el 30,2% de los casos, lo que supone una vida salvada de cada tres personas atendidas en la región. Además, en 482 ocasiones los pacientes ya habían contado con una reanimación cardiopulmonar (RCP) básica previa iniciada por personal no sanitario hasta la llegada del Soporte Vital Avanzado.
En el Día Europeo de Concienciación del Paro Cardiaco, que se celebra cada 16 de octubre, los profesionales de urgencias y emergencias recuerdan que, ante una parada cardiorrespiratoria es esencial su reconocimiento precoz por parte de los testigos, la activación inmediata de los servicios de emergencias a través del 112 y el comienzo de maniobras de reanimación cardiopulmonar por parte de los testigos hasta la llegada de los efectivos del SUMMA 112.
La forma de reconocer una parada es muy sencilla y tan solo precisa de unas nociones básicas, que además en todo momento son guiadas telefónicamente por los médicos y personal de enfermería del Centro Coordinador del SUMMA 112. También ocurre con las propias maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta el inicio de la RCP avanzada por parte de los profesionales de las unidades móviles asistenciales.
Todas las ambulancias de Soporte Vital Avanzado del SUMMA 112 del operativo diario (las conocidas como UVI móviles) cuentan con un sistema de compresión torácico mecánico y un cardiocompresor, que sustituye las compresiones manuales con un ritmo constante, continuo y efectivo.
Ante una parada cardiorrespiratoria basta con utilizar las manos para abrir la vía aérea mediante la denominada maniobra frente-mentón, comprobar si la persona respira y, en caso negativo, comenzar maniobras de reanimación solo con las manos, realizando compresiones en el centro del tórax a un ritmo de 100 por minuto.
Además, también se recuerda que el uso de los desfibriladores externos semiautomáticos mejora sustancialmente las probabilidades de supervivencia. En la Comunidad de Madrid hay instalados un total de 8.350 de estos dispositivos en lugares públicos al margen de los recintos sanitarios.