La Comunidad de Madrid desarrolla proyectos de investigación para garantizar la conservación de variedades de uva autóctona. El gerente del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), Sergio López, ha visitado hoy la Bodega Ecológica Luis Saavedra, en Cenicientos, con la que se han llevado a cabo siete estudios específicos en las 26 hectáreas que tienen de viñedos, siendo la edad media de las viñas de 70 años y llegando algunas de ellas a los 99.
Los investigadores del IMIDRA han trabajado con la cuarta generación de viticultores de esta bodega madrileña en el Proyecto Soles para reducir los tratamientos fitosanitarios en los viñedos mediante la formación de una nube de polvo provocada por un apero diseñado para ello, obteniendo resultados muy positivos. En otro estudio se trató sobre la inclusión de tres nuevas variedades autóctonas (Graciano, Moscatel de Grano Menudo y Syrah) que ya fueron autorizadas dentro de la Denominación de Origen Vinos de Madrid.
Otro de los proyectos se ha centrado en la selección de clones de la variedad tradicional Moscatel de Grano Menudo para aumentar su producción, ya que se cuenta con gran calidad y muy buena acidez, aportando a los vinos más aroma y frescura. Estos clones están actualmente en la última fase del proceso de registro. Por otra parte, de manera conjunta, se han identificado variedades minoritarias antiguas (Castellana Blanca, Listán Prieto, Moscatel de Grano Menudo Rojo, Baboso negro, Bobal y dos más desconocidas hasta el momento) que se han incluido en la colección del IMIDRA.
Además, se han realizado ensayos de crianza sobre las barricas fabricadas con distintos tipos de roble que mejoran las características sensoriales de los caldos; se han recuperado, conservado y evaluado levaduras autóctonas para conseguir vinos de mayor calidad y, por último, se ha estudiado la madurez fenólica de las variedades Albillo Real y Garnacha Tinta, que es importante para que tengan el contenido óptimo en polifenoles y presenten la mejor calidad a nivel sensorial, de color, estabilidad y composición saludable.
Primera colección de vides de España
La Comunidad de Madrid cuenta con la primera colección de vides de España y la segunda mayor de Europa, con más de 3.700 repartidas en 15 hectáreas, y está considerada un referente nacional e internacional entre centros de investigación. Está ubicada en la finca experimental El Encín que el IMIDRA tiene en Alcalá de Henares y permite a los técnicos conocer con exactitud la autenticidad de cualquier variedad que pueda registrarse en nuestro país.
Esta herramienta es fundamental para el sector vitivinícola madrileño porque así se asegura de dónde provienen las cepas y cómo evolucionan, datos fundamentales para afianzar la calidad de los vinos y mantener los ecosistemas de la región que tienen como centro la vid.
Asimismo, para evitar la pérdida de las variedades, los investigadores han realizado tres copias de la colección. Dos de ellas -incluida la matriz- están cultivadas en suelo y la tercera está situada en una ubicación secreta. De esta manera, se garantiza la conservación del patrimonio genético y la posibilidad de investigar y experimentar con ellas para obtener información sobre su evolución, calidad y viabilidad.
Esta recopilación regional tiene su origen en 1950, como fruto de la unificación de otras colecciones que existían en diferentes puntos de España. Dentro de ella se encuentran algunas variedades de incalculable valor por su antigüedad, como la denominada teta de vaca, que data del siglo II d.C.