En las últimas semanas se ha puesto de actualidad uno de los platos más icónicos de nuestro país, la paella, ya que podría ser el primero en convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, es decir, en Bien de Interés Cultural, a expensas de que ratifique el expediente el Gobierno valenciano, que ha anunciado que se llevará a cabo antes de que finalice la Legislatura.
La paella es una señal de identidad de los valencianos, referente de la alimentación mediterránea y un signo de identidad de la gastronomía española a nivel internacional. No obstante, los madrileños también podemos disfrutar de una excelente paella en las diferentes arrocerías de la región, especialmente en esta época pandémica que nos ha tocado vivir. Incluso podemos disfrutar de paellas a domicilio, con una preparación exquisita y de gran calidad en Madrid.
La paella, además de ser un majar que se adapta a los gustos de los paladares más exigentes, es una oportunidad para reunirse con nuestros amigos y familiares. Tradición y cultura entorno a este alimento propicia que se comparta con nuestros seres queridos, incluso hay algunos expertos que sugieren que si una paella no se comparte no es auténtica, ya que su espíritu natural es el de ser compartida, por lo que no debemos olvidar que cuando pedimos una paella a domicilio preparada por expertos culinarios estamos salvaguardando nuestra tradición y toda su esencia.
Entre las múltiples ventajas de la paella podemos encontrar su valor nutritivo, ya que, dentro de sus ingredientes se encuentran el aceite de oliva, los cereales, las hortalizas, las legumbres y las proteínas, lo que convierte a este alimento en un producto equilibrado.
Una curiosidad de la paella es que cuenta con su propio Día Internacional: se celebra cada 20 de septiembre, dentro del marco de la semana de la paella, festividad cada vez más conocida tanto a nivel nacional como internacional. Se eligió este día debido a que durante el mes de septiembre es cuando se suele llevar a cabo la cosecha del arroz.
La paella se suele elaborar con arroz redondo, que se caracteriza por una cocción homogénea, que absorbe los alimentos que le acompaña, y también es una buena elección para preparar arroces caldosos y guisados. Para los amantes del arroz es una verdadera delicia con la que se puede preparar arroz meloso acompañado de diferentes ingredientes, como pueden ser almejas y langostinos, boletus y rape, pulpo con langostinos y también de bogavante o carabineros.
Otro tipo de arroz con el que podemos preparar una buena paella es el arroz bomba, su grano es corto, de color perlado y este tipo de arroz se adhiere con más facilidad al fondo de la paellera, por su gran contenido de amilasa. La gran ventaja de este arroz es que no se suele pasar de cocción y, al igual que el arroz redondo, absorbe todos los sabores del caldo con el que lo preparemos.
El famoso arroz negro, también típico del levante español, se prepara en paellera y se suele acompañar de gambas, mejillones y el calamar, que no puede faltar ya que es el aporta su color negro y salazón característico, extraído de las barbas del molusco.
Otro arroz típico es el arroz a la banda: al igual que ocurre con el arroz negro, además del tipo de arroz, lo que destaca es su preparación, en este caso acompañado de un caldo de pescado, que algunos denominan marinera. Esta forma de elaboración del arroz tiene su origen en Murcia, pero es otro plato exquisito el cual degustar.
El Arroz senyoret o señorito, que tradicionalmente se servía a los denominados señoritos de Alicante, se caracteriza por llevar peladas las gambas, mejillones sin las conchas, sepia troceada, y demás detalles que permiten su consumición únicamente con un tenedor, dejando atrás el tener que mancharse las manos.
Pero no podemos hablar de paella sin mencionar la fideuá de marisco, plato que ha ganado gran popularidad en los últimos años. Se dice que su origen se debe al cocinero Gabriel Rodríguez Pastor en 1930, que reinterpretó el arroz a la banda, pero cambió el arroz por fideos para el patrón de su barco tomara menos comida y así pudiera ser repartida al resto de marineros. Posteriormente, ese nuevo plato sería extendido por los restaurantes de Ibiza y Baleares, preparándose también en una paellera y con marisco.