- SATSE Madrid ha denunciado ante la Inspección de Trabajo la situación actual de los hospitales del Servicio Madrileño de Salud (SERMAs) por «no hacer lo suficiente para la protección de la salud de sus trabajadores».
- El Sindicato de Enfermería denuncia que los protocolos de prevención de riesgos laborales frente al coronavirus COVID-19 «no se están cumpliendo».
El Sindicato de Enfermería ha presentado en la mañana de este miércoles, 25 de marzo, una denuncia ante la Inspección de Trabajo en la que se acusa al Servicio Madrileño de Salud (Sermas) de «inacción» ante la pandemia de coronavirus COVID-19 en la que nos encontramos.
Desde SATSE Madrid se denuncia que “se debería de facilitar obligatoriamente a los profesionales los equipos de protección individual reglados para evitar contagios. Sin embargo y a pesar de la grave situación en la que se encuentran estos trabajadores, los citados equipos de protección no se están facilitando con el grave perjuicio que ello supone, tanto para los profesionales como para los usuarios de los centros del SERMAS”.
En este sentido en el escrito dirigido a la Inspección de Trabajo se afirma que “los profesionales sanitarios atienden todas las alertas de los pacientes que así lo demanden, ya sea desde centros hospitalarios, centros de salud o domicilios particulares, que puedan ser sospechosos de estar infectados por el COVID-19, por lo que, en aras de evitar la propagación del virus y garantizar la seguridad e integridad física de los Enfermeros y Enfermeras que atienden estas intervenciones, es obligatorio que cuenten con los Equipos de Protección Individual (EPI´s) (guantes, mascarillas, batas, gafas…) necesarios y suficientes a fin de garantizar al máximo que no se ponga en riesgo la salud e integridad de los profesionales así como de terceras personas en contacto con ellos”.
Hecho éste que «se está incumpliendo en todos los centros asistenciales dependientes del SERMAS , ignorándose, entre otras normativas nacionales y europeas, el Reglamento de la Unión Europea 2016/425 donde se recogen las exigencias y características que los EPI´s deben cumplir».
Más concretamente y en relación a los profesionales de Enfermería “los EPIS´s para atender la crisis sanitaria del COVID 19, tienen que reunir las especificaciones del Ministerio de Sanidad, publicadas el 5 de marzo, indicando que éstos deben ser:
Mascarillas autofiltrantes con el marcado FFP2 O FFP3 y según la norma UNE-EN 149 (mascarilla autofiltrante; o con el marcado P2 o P3 según la norma UNE-EN 143 (filtros partículas) y UNE-EN 140 (mascarillas).
Guantes de protección: con el marcado ISO 374-5 y norma UNE EN ISO 374-5 debiendo aparecer el pictograma con la palabra virus.
Bata: según la norma UNE-EN 14126 (ropa de protección biológica) y en la designación debe incluir el tipo y la letra b (de Biológico).
Gafas según la norma UNE-EN 166″.
«Pues bien, pese a la normativa existente y los numerosos protocolos publicados al respecto, los profesionales de Enfermería que prestan servicios tanto en centros hospitalarios, en Atención Primaria, SUMMA 112, así como en centros sociosanitarios, no cuentan con los equipos de protección individual necesarios para poder trabajar de forma segura al entrar en contacto con los pacientes, y ponen en gravísimo riesgo su salud e integridad así como la de la propia población al poderse convertir los profesionales sanitarios en transmisores muy activos del virus», inciden.
«Prevención a la baja»
Paralelamente, desde SATSE Madrid se denuncia que “a medida que se ha ido evidenciando una falta de material (batas impermeables, mascarillas tipo FFP2 y FFP3, gafas antisalpicaduras o pantallas protectoras), los protocolos establecidos han ido rebajando el nivel de exigencia de protección que debían tener los profesionales que entran en contacto con los pacientes sospechosos o positivos».
A modo de ejemplo, «indicar que de exigir el uso de batas impermeables, que protegen todo el cuerpo incluido brazos, se ha pasado a recomendar solo el uso de bata con mandil lo cual plantea el problema de que los brazos quedan descubiertos, así como el cuello queda bastante expuesto. Y en la actualidad solo especifica ya el uso de bata».
Otro ejemplo se refiere al uso de mascarillas, que «han pasado de ser preferiblemente FFP2 a mascarillas quirúrgicas, y solo FFP2 si hay disponibilidad. Ante la carencia de EPIS los mismos se están reciclando y compartiendo por los profesionales por lo que se ponen nuevamente en riesgo ante la posibilidad de infectarse entre ellos mismos al realizar esta práctica, aumentando también la posibilidad de contagio de los pacientes».
Por otra parte, SATSE también denuncia que las trabajadoras en estado de gestación «continúan prestando sus servicios sin que por los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales se adopte ninguna medida de protección al respecto, como sí se han adoptado en otros servicios de salud».
«En definitiva y a modo de resumen: los protocolos de prevención de riesgos laborales frente al COVID-19 en muchos casos no son los adecuados y en otros no se están cumpliendo», conluye SATSE en su comunicado.