- La plantilla cuestionó la ubicación de un PET-TAC sobre el laboratorio siniestrado, cuya instalación provocó grietas de las que alertaron.
- CCOO exige una investigación exhaustiva sobre el derrumbe del techo de un laboratorio del Instituto de Investigación del Hospital Ramón y Cajal.
Pasadas las 12:30 horas de este miércoles, 15 de enero, se ha producido el derrumbe del techo de un laboratorio del Instituto de Investigación del Hospital Universitario Ramón y Cajal
El derrumbe ha ocurrido en un laboratorio de investigación del Servicio de Bioquímica, donde trabajan tanto personal que pertenece al hospital como a la Fundación Biomédica del hospital.
En ese laboratorio habitualmente trabajan tres investigadores principales, tres técnicos de laboratorio y dos empleados de personal de investigación y una secretaria.
En el momento del siniestro estaban trabajando cinco personas en el lugar. Aunque no ha habido que lamentar daños personales, el derrumbe ha causado daños materiales graves.
A través de este laboratorio se accede a la Secretaría del Servicio de Investigación y a un despacho de otro investigador principal del hospital. Se trata de una zona común por donde pasa mucha gente a lo largo del día.
En ese laboratorio está ubicada también la máquina de hielo que usa todo el personal investigador de la planta para la conservación de sus muestras o reactivos.
Minutos antes de caerse el techo el personal que trabaja en el laboratorio oyó ruidos y abandonó la estancia. Minutos después se ha desplomado el techo de la zona de entrada al laboratorio y la zona central cuando justo un investigador acababa de rebasar la puerta de salida.
Ante ello, el sindicato CCOO ha exigido a la Gerencia del Hospital Universitario Ramón y Cajal una investigación exhaustiva y que se depuren responsabilidades.
Ubicación cuestionada
Los trabajadores cuestionaron desde el principio la ubicación de un PET-TAC (tomografía por emisión de positrones), adquirido por el hospital a la empresa Siemens por un precio que los sindicatos consideraron muy por encima de su valor de mercado.
El PET-TAC se instaló encima de los laboratorios del instituto de investigación y desde hace un año que, una empresa externa reforzó el techo y el suelo que soporta el aparato electromédico, habían aparecido grietas de las que llevaban tiempo alertando los investigadores, sin resultado alguno.
Este tipo de tecnología es usada sobre todo en la Medicina Nuclear. Emplea isótopos radiactivos para estudiar el funcionamiento de distintos órganos y permite realizar diagnósticos muy precoces y sin riesgos, ya que las probabilidades de efectos nocivos de una exploración con radioisótopos son mínimas.
Estos aparatos suelen instalarse en sótanos debido al elevado peso que de lo contrario deben soportar las estructuras sobre las que están apoyados.