La agrupación madrileña de ASAJA considera «fundamental» la elaboración de un censo exhaustivo de su población.
La agrupación madrileña de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores y Ganaderos (Asaja) han denunciado la superpoblación del conejo en el Sureste tras su inclusión en la Lista Roja de Especies Amenazadas
Asaja Madrid ha invitadoa reflexionar sobre la catalogación del conejo como especie en alto riesgo de extinción que ha promovido la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en el marco de la Cumbre del Clima de Madrid y considera que es necesario «un estudio más pormenorizado para acotar geográficamente las áreas en las que realmente haya podido aparecer esta problemática».
Desde la agrupación madrileña de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores y Ganaderos se pone el foco especialmente en el área Sureste de la Región, una zona que viene presentando desde años una superpoblación de conejos «que año tras año provoca cuantiosos daños a los cultivos».
La UICN, centrando la problemática en España, Portugal y el sur de Francia, ha incluido al conejo en su Lista Roja de Especies Amenazadas, el mayor y más detallado catálogo mundial sobre el estado de conservación de las especies.
Este organismo considera que la presencia geográfica del conejo ha protagonizado un declive en los últimos años e incluso ha estimado en un 70% el descenso de su población.
Desde Asaja Madrid se apuesta por «profundizar y elaborar un censo mucho más exhaustivo que permita acotar las áreas geográficas en las que su presencia tradicional estuviera en peligro».
Desde Villarejo de Salvanés, el agricultor Mariano García muestra su contrariedad ante lo que considera una generalización: “en nuestra zona los daños que viene provocando el conejo son enormes. Aquí sucede todo lo contrario a lo que señala este informe. Y desde hace años».
«Los que trabajamos el campo en el área de Villarejo, Brea de Tajo, Estremera, Orusco, Carabaña… venimos conviviendo con una auténtica plaga. Aquí ni la mixomatosis ni la enfermedad hemorrágico vírica han aniquilado o afectado sensiblemente a su población. Tampoco podemos decir que haya cuestiones urbanísticas o de infraestructuras que hayan acabado con su hábitat natural; en esta zona hablamos de un problema puro y duro de superpoblación. En los último cinco años, centrándonos en el cereal, el daño ha ido a más de temporada a temporada, no es una cuestión de un daño puntual o la afección de una sequía”, ha incidido García.
Además del cereal o de los perjuicios que también sufren otros cultivos hortofrutícolas, es la vid la gran perjudicada de la acción del conejo en el Sureste madrileño. “El conejo viene provocando importantes daños en la uva e incluso está afectando al mantenimiento de la propia denominación de origen Vinos de Madrid, ya que no se alcanzan los 5.000 kilos producidos por hectárea que estipula la propia Denominación de Origen. En Villarejo de Salvanés la acción del conejo ha provocado daños entre un 10% y un 15% de la producción. Una cosecha ya de por sí con sus problemas y en una zona donde además se han venido quitando viñas. Tenemos menos viñedos y se los comen más”, aporta García.
“El estudio incluso habla del conejo autóctono, pero algunas investigaciones del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario nos presentan un tipo de conejo con mucho más peso, con más dimensiones… que no es autóctono y tampoco tenemos claro su origen”, expone.
Desde Asaja Madrid, como una de las posibles soluciones para frenar esta sobrepoblación, se viene pidiendo que, al igual que sucede en la vecina Castilla-La Mancha, colindante con varios términos municipales madrileños, la normativa permita la caza del conejo durante todo el año.
Francisco José García, presidente de Asaja Madrid, axplica que “no pretendemos poner en duda las conclusiones del estudio en cuestión o la decisión de considerar al conejo una especie amenazada, pero sí poner el foco en la necesidad de contextualizar mucho mejor en qué áreas geográficas realmente se han producido estos problemas. La especie ha sufrido epidemias muy graves en las últimas décadas y poco a poco, con mucho esfuerzo de las autoridades, se ha logrado recuperar el número de conejos y liebres que pueblan nuestros campos».
«Centrándonos en el ámbito de la Comunidad de Madrid realmente sus territorios tradicionales han gozado de buena salud. Y con gran perjuicio para los cultivos. Por eso creemos que esta problemática requeriría un estudio más pormenorizado y desglosado”, concluye.