El reconocimiento ha sido recogido hoy por la consejera delegada del suburbano madrileño, Silvia Roldán.
La Comunidad de Madrid ha sido galardonada en la III edición de los Premios de Diversidad & Inclusión de la Fundación Adecco, en la categoría de Mejor Práctica para la transformación cultural por su contribución a la inclusión de las personas con discapacidad intelectual a través de la Línea de Apoyo para el Refuerzo de la Autonomía (LARA) de Metro de Madrid.
LARA es un programa integral orientado a promover la inclusión de personas con discapacidad intelectual a través del transporte. El objetivo es convertir al suburbano en motor de la movilidad inclusiva, facilitando el uso autónomo de la red a personas con discapacidad intelectual, del desarrollo, o con problemas de comprensión y orientación, con medidas específicas de accesibilidad cognitiva.
Esta iniciativa incluye un novedoso programa de entrenamiento personalizado que ya ha formado a treinta personas para que se muevan sin asistencia por la red. Otras diez personas están actualmente realizando el programa y, desde enero, podrán usar el suburbano madrileño de forma autónoma.
Dentro del programa también se realiza un plan de formación de empleados de atención directa al viajero para la mejora de la atención a personas con discapacidad intelectual; la primera Guía de uso de Metro de Madrid en lectura fácil, para facilitar el conocimiento y uso de la red de Metro; acciones de formación de carácter lúdico y de ocio inclusivo, como yincanas por la inclusión de personas con discapacidad intelectual; y campañas de sensibilización para dar visibilidad y normalizar la imagen de las personas con algún tipo de discapacidad.
El programa LARA forma parte de las medidas complementarias incluidas en el Plan de Accesibilidad e Inclusión de Metro de Madrid 2016-2020 que, con un presupuesto superior a los 145 millones de euros, permitirá hacer accesibles el 73% de las estaciones.
El ejemplo de LARA
El impulso de esta línea de trabajo, iniciada por la empresa pública en 2018, llegó a través de Lara, una joven con síndrome de Down que, dos años antes, pidió colaboración a la compañía para aprender a viajar de forma autónoma y desplazarse a su centro de estudios y a su centro de trabajo. Tras un año de entrenamiento, tanto esta joven como las otras 29 personas que ya han pasado por el programa se convirtieron en usuarios habituales de Metro.