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- Operación conjunta de la Guardia Civil y la Policía Nacional y con apoyo de EUROPOL.
- Se han detenido a 11 personas, entre los que se encuentran los máximos responsables de la organización, y se han realizado 15 registros.
- La operación ha contado con la colaboración de la Policía Rumana.
- Se les atribuye la autoría de un total de 97 robos cometidos en viviendas por un valor aproximado de medio millón de euros.
La Guardia Civil y la Policía Nacional, en la denominada operación “NAGY-KAZAN”, con apoyo de EUROPOL y la colaboración de la Policía de Rumania, han desmantelado una organización criminal dedicada al robo de viviendas por todo el territorio nacional.
Se ha detenido a 11 personas en las localidades de Torrejón de Ardoz, Coslada, Alcalá de Henares, Madrid-Capital y Salamanca, de diferentes nacionalidades del este de Europa (rumanas, moldavas y búlgaras), entre los que se encontrarían los máximos responsables de la organización.
Se han realizado un total de 15 registros, 11 en diversas localidades de la Comunidad de Madrid y los otros 4 en Rumania en los que se ha intervenido tres vehículos que eran empleados para la comisión de los hechos delictivos, así como teléfonos móviles, numerosas herramientas y material sustraído.
Asimismo se ha podido determinar que los integrantes de la organización serían los presuntos autores de un total de 97 robos con fuerza cometidos en viviendas de toda la geografía nacional, valorándose todo lo sustraído y los daños causados en medio millón de euros (500.000 €).
Calderas de gas y radiadores
La organización se dedicaba de forma sistemática al robo con fuerza en las cosas en viviendas, principalmente en aquellas que se encontraban en su última fase de construcción, con el fin de proceder a la sustracción del equipamiento instalado, especialmente las calderas de gas y los radiadores del sistema de calefacción.
Una vez en posesión de los numerosos efectos sustraídos, los componentes de la organización introducían en el mercado negro español una mínima parte. Posteriormente, enviaban semanalmente a Rumania el grueso de la mercancía sustraída donde continuaban comercializando con ella, obteniendo con ello grandes beneficios y dificultando las posibles investigaciones que sobre el grupo existieran.
Cabe destacar que durante las investigaciones, los agentes pudieron interrumpir in fraganti el último envío del material robado que estaban realizando miembros de la organización hacia Rumania.
La investigación, a la hora de su explotación fue dividida en dos fases, una primera realizada en territorio nacional donde se encontraban asentados los integrantes de la organización que ejecutaban los robos y enviaban la mercancía sustraída a Rumania, y otra fase en territorio rumano donde se encontraba la parte de la organización que recogía y comercializaba la mercancía sustraída en España.