Canal de Isabel II va a destinar 9,7 millones a la explotación y mantenimiento de la estación depuradora de aguas residuales La China, una de las mayores de la Comunidad de Madrid.
El Consejo de Gobierno ha sido informado de la propuesta de adjudicación de este contrato, que tendrá una duración de dos años, con posibilidad de dos prórrogas de un año cada una y cuya propuesta debe ser aprobada ahora por el Consejo de Administración del Canal.
Esta depuradora, que se sitúa en el madrileño distrito de Usera, tiene capacidad para eliminar la carga contaminante producida por una población equivalente de 1,33 millones de habitantes. La instalación depura las aguas residuales de la almendra central de la ciudad de Madrid. Cada día, puede llegar a tratar más de 320.000 metros cúbicos de agua residual, un volumen equivalente al de la Torre Picasso.
Parte de las aguas tratadas en esta depuradora son sometidas a un tratamiento terciario, lo que permite que se puedan reutilizar tanto para el riego de los grandes parques de Madrid como para el baldeo de las calles. El tratamiento terciario de La China es el que más agua regenerada produce de toda la región, permitiendo ahorrar, cada año, el consumo de agua potable de una población de unos 50.000 habitantes.
Impulso a la calidad ambiental
Además de contribuir al ahorro de agua potable, la depuradora es capaz de producir energía eléctrica renovable, a partir del biogás que se genera durante los procesos de depuración. Así, el año pasado produjo 14.700 megavatios hora (MWh) de energía eléctrica y evitó la emisión a la atmósfera de más 3.900 toneladas de CO2, que se hubieran producido en caso de haber obtenido esta energía usando combustibles de origen fósil.
Según fuentes regionales, «la depuración de las aguas residuales y la producción de agua regenerada se enmarcan en la Línea 4 del Plan Estratégico 2018-2030 de Canal de Isabel II, centrada en impulsar la calidad ambiental y la eficiencia energética. En ella se incluye el Plan de excelencia en depuración con el que la empresa quiere colaborar en el buen estado de los ríos, más allá del cumplimiento legal, mediante programas de mejora en la calidad de los vertidos de las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR), la modelización de las plantas depuradoras o el control de vertidos industriales a la red».