Expertos ajedrecistas ciegos aprenden nuevas técnicas en Madrid con el Gran Maestro Valery Salov

Gacetín Madrid
El curso se celebrará del 18 al 23 de febrero en El Escorial (Madrid). Salov fue considerado tercer jugador del mundo a mediados de los años 90. 

Un grupo de expertos ajedrecistas ciegos o con discapacidad visual grave, de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC), asisten del 18 al 23 de febrero, en El Escorial (Madrid), a un curso de excelencia y perfeccionamiento impartido por el gran maestro ruso Valery Salov, que fuera tercer jugador del mundo a mediados de los 90 (sólo superado por los legendarios Karpov y Kasparov).




Los afortunados miembros del equipo de ajedrez de la Federación son Alejandro Martínez (Baleares), Javier Megías (Castilla-La Mancha), Antonio Mondelo (Galicia), Gavril Draghici (Tarragona), y los andaluces José Manuel Vela y Víctor Amores.

En este curso, en el que se analizará la partida por el Campeonato del Mundo de 1978 entre Korchnoi y Karpov, los ajedrecistas ciegos podrán mejorar su nivel de juego con el aprendizaje de nuevas técnicas, a través de la interpretación del ajedrez de esta auténtica figura mundial. Una ocasión única para tener un acercamiento al ajedrez clásico y a las enseñanzas de la escuela soviétiva.

Las sesiones matutinas del curso se dedicarán, en general, al estudio monográfico del estilo de alguno de los ajedrecistas considerados “inmortales”. Mientras las de tarde se repartirán entre el estudio y resolución de problemas y el análisis de algunas partidas de actualidad.

Salov obtuvo el título de Maestro Internacional en 1984 y el de Gran Maestro en 1986. Fue campeón del mundo sub 16 en 1980 y campeón europeo Junior en 1983 y 1984.




El ajedrez, uno de los deportes más integradores

El ajedrez es un deporte de larga tradición entre las personas con discapacidad visual, por su facilidad para ser practicado de forma integrada en las competiciones con personas videntes.

Para la práctica del ajedrez, los ciegos necesitan sólo algunas adaptaciones en el material de juego. Por ejemplo, el tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos para hacerlos diferentes al tacto. Además, las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas.

Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro, en el que se insertan las piezas a través de un pequeño vástago que éstas tienen en su parte inferior. Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas.

Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros. Cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.

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