Esta tarde de domingo desde la asociación Arcópoli han homenajeado a Cristina Ortiz, La Veneno en la madrileña Plaza de Chueca. A pesar de la lluvia, más de 200 personas se han acercado a dar su último adiós y a escribir unas palabras en el libro de condolencias preparado para la ocasión.
A este sentido homenaje se han acercado representantes de la vida política madrileña, como Carla Antonelli, diputada socialista en la Asamblea de Madrid, y Purificación Causapié, Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid. También ha acudido Toni Poveda, expresidente de la FELGTB y Ángeles Álvarez, diputada en el Congreso por el PSOE.
Cristina Ortiz, más conocida como La Veneno, fue encontrada muerta en su domicilio el 9 de noviembre en circunstancias aún no aclaradas. Arcópoli ha querido reivindicar la figura de Cristina, “como mujer transexual orgullosa, valiente y visible, que transmitía optimismo y orgullo a finales del s.XX, cuando muy pocas personas eran visibles por ser LGTB”. Cristina “ni era normal ni pretendía serlo, probablemente. Cristina fue una mujer que intentó ser feliz, aunque tuviera que cruzar las fronteras de lo políticamente correcto y lo normativo en la televisión de hace 20 años. Mientras otros vivían agazapados en su armario La Veneno derrochaba energía y contundencia, dejando atrás la vergüenza que el colectivo LGTB ha sufrido por ser quienes somos”.
Cristina nunca ocultó el acoso y las agresiones que sufrió desde su más tierna infancia en su localidad de origen, ni la dura situación familiar que vivió, poniendo nombre y apellidos al bullying, narrando lo que muchas y muchos han sufrido, denunciando una situación que hoy en día sigue apareciendo en los centros educativos y en los entornos más rurales.
“Queremos que este acto sirva como tributo también a Rita Hester, mujer transexual asesinada y cuya muerte en noviembre de 1998 sirvió para la creación del Transgender day of Remembrance que tiene lugar desde 1999. Este año la triste lista de asesinadas tiene a 295 personas trans, incluida la española Lorena Reyes”, explican desde Arcópoli.
Con este acto también “queremos pedir a la familia de Cristina que cumpla sus deseos y sea incinerada así como sus cenizas sean esparcidas por el Parque del Oeste, como ella expresó en vida, y que no sea enterrada en su localidad natal. En el homenaje llevaremos un libro de dedicatorias y deseos que nos gustaría entregar a los padres de Cristina para que, con vuestros testimonios comprendan algo mejor el gran valor que para la visibilidad supuso la figura de su hija”.
“Además solicitaremos a la Junta de Distrito de Moncloa Aravaca la colocación de una placa en el Parque del Oeste donde Cristina pasó cientos de noches así como comenzaremos una recogida de firmas para que el Ayuntamiento de Madrid reconozca la figura de Cristina Ortiz con una calle, y nuestra propuesta sería cambiar la de cualquiera de los personajes homófobos que inundan nuestro callejero. Les proponemos tres posibles opciones que siguen siendo un insulto para el colectivo LGTB: los dos doctores que durante el s.XX y de forma oficial, hicieron curaciones a homosexuales con electroshocks e incluso lobotomías como fueron Juan José López Ibor (Distrito de Tetuán) y Vallejo Nájera (Arganzuela). La tercera opción sería Sancho Dávila (distrito de Salamanca), falangista que dio una paliza homófoba a Miguel de Molina. Sería un gran homenaje de la ciudad de Madrid y un simbólico cambio el actualizar el nombre de cualquiera de los tres por la figura de Cristina”, argumentan desde Arcópoli.