Con la llegada de las festividades navideñas, el teléfono móvil se posiciona como uno de los regalos estrella para la infancia en España. Sin embargo, UNICEF España ha lanzado una advertencia basada en los últimos datos de bienestar digital: la edad media de acceso al primer dispositivo se sitúa ya en los 10,8 años, una precocidad que exige una supervisión activa por parte de los adultos para evitar riesgos derivados de la hiperconectividad.
Según el informe Infancia, adolescencia y bienestar digital, elaborado junto a la Universidad de Santiago de Compostela y otras instituciones, el uso de la tecnología está plenamente integrado en la vida de los menores españoles. El 41% de los niños menores de 10 años ya posee un terminal propio, una cifra que se dispara hasta el 76% al cumplir los 12 años.
Riesgos en el dormitorio y las aulas
Uno de los puntos que más preocupa a los expertos es la falta de «higiene digital» en el hogar. El 41,2% de los adolescentes duerme con el móvil en su habitación, un hábito que aumenta la vulnerabilidad: uno de cada diez menores que pernocta con el dispositivo recibe proposiciones sexuales por parte de adultos (grooming).
El ámbito escolar tampoco es ajeno a esta realidad. Más de la mitad de los alumnos de la ESO lleva el teléfono al centro educativo a diario, y un 29,4% reconoce consultarlo durante las horas lectivas, lo que genera conflictos de convivencia para el 44,8% del profesorado.
Videojuegos, apuestas y salud mental
El informe analiza también el impacto de los videojuegos, fuente principal de ocio para el 53,5% del alumnado. El estudio vincula directamente el gasto en las denominadas «cajas botín» (loot boxes) —compras aleatorias dentro de los juegos— con una mayor tasa de apuestas online, una práctica que, pese a ser ilegal para menores, ya ha realizado 1 de cada 10 adolescentes.
Asimismo, los datos revelan una conexión «inequívoca» entre el uso problemático de la tecnología y el malestar emocional. El 14,2% de los adolescentes presenta síntomas claros de malestar, mientras que el riesgo suicida se sitúa en un preocupante 7,4% entre aquellos con usos más intensivos y menos supervisados.
La solución: ejemplo y coordinación
Nacho Guadix, responsable de Educación y Derechos Digitales de UNICEF España, insiste en que el móvil no debe ser un elemento de aislamiento. La organización propone medidas sencillas pero eficaces, como evitar el uso de pantallas durante las comidas familiares —algo que actualmente sucede en el 24% de los hogares— y fomentar la desconexión, una necesidad que ya manifiesta el 60% de los jóvenes.
«Los adolescentes necesitan acompañamiento y herramientas, no solo el dispositivo», señalan desde UNICEF. La organización hace un llamamiento a una acción coordinada entre administraciones, escuelas y el sector tecnológico para garantizar que la construcción de la identidad digital de los menores se realice en un entorno seguro y saludable.
