Con demasiada frecuencia se nos olvida que, al igual que la piel, nuestro pelo envejece y que, por tanto, requiere de una atención diaria y de la prevención de situaciones que puedan castigar y empeorar su calidad y la del cuero cabelludo. Especialmente en los meses de verano y de mayor exposición solar, como asegura la Dra. Irene Pinilla García, especialista del Servicio de Cirugía Plástica y Medicina Estética del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario de Madrid.
“Debemos tener en cuenta que el pelo también sufre la agresión de la radiación solar y, por tanto, debemos protegernos con protectores solares capilares adecuados y efectivos. También tenemos que acostumbrarnos a salvaguardarnos con filtros cosméticos (protectores) y barreras físicas (gorras o pañuelos)”, advierte la experta en Tricología, quien recuerda que igualmente dañinas para nuestro cabello son la contaminación ambiental y la polución, pues alteran la calidad del pelo, del mismo modo que el tabaco, el estrés o los cambios de temperatura pueden afectar definitivamente a la evolución y la calidad capilares.
Para el verano aconseja especial atención: “Esos reflejos dorados con los que volvemos después de las vacaciones estivales son quemaduras solares en el pelo, al igual que sucede con la piel, y que aparecerán en caso de que no nos protejamos de la radiación solar con los protectores capilares adecuados”. Insiste en que “el sol hace que nuestro pelo pierda agua, aminoácidos, lípidos y pigmentos (se decolora), dando un aspecto seco y quebradizo. Cuando hay abundante pelo, la raíz queda protegida, pero en los casos de alopecia, puede que el sol dañe la piel del cuero cabelludo y los folículos pilosos mediante radicales libres, generando inflamación y otras agresiones indirectas”.
Cosmética capilar
Según la Dra. Pinilla, la cosmética capilar se encarga de mejorar la porción externa visual del pelo, es decir, el tallo piloso: “Es importante, pues, elegir y asesorarse sobre los productos para la higiene capilar (champús, acondicionadores…). El cuero cabelludo es una piel con gran cantidad de glándulas sebáceas que ocasionan la formación de un manto lipídico (la grasa) sobre el que crece la microbiota. Si se dan alteraciones en esta capa, se producirá descamación en exceso e, incluso, infecciones”.
Ciertos mitos
Al igual que en torno a otros aspectos de nuestro organismo, también existen ciertos mitos relacionados con el cabello:
– “Lavarse a menudo el cuero cabelludo no estropea el pelo, ni hace que se caiga más. Es fundamental lavarse el pelo cuando esté sucio para mantenerlo sano”.
– “No existe evidencia científica suficiente sobre la efectividad de los champús anticaída. Estos productos pueden frenar la caída siempre que se empleen como complementos de los tratamientos farmacológicos orales o tópicos prescritos por los especialistas”.
– “Sí es cierto que lo que comemos afecta a nuestro cabello y que los suplementos orales (vitaminas, minerales y los compuestos con efecto antiandrógeno) favorecen su salud. Una dieta alta en azúcares va a ser destructora directa del colágeno, esa sustancia tan importante para todo el cuerpo, en especial para la piel. Hoy en día recurrimos con frecuencia a los alimentos procesados y para contrarrestar los déficits debemos optar por los suplementos o nutricosméticos, que mejoran la raíz del folículo piloso en profundidad y eso, externamente, se traduce en una mejor calidad del tallo piloso (la parte visual externa del pelo)”.
Por último, la médico estética recuerda que aunque se comercializan productos cosméticos, suplementos vitamínicos y minerales que son beneficiosos para mantener la calidad del pelo, resulta fundamental acudir previamente a la consulta de los especialistas en Tricología, quienes darán el diagnóstico adecuado de los posibles problemas capilares y los tratamientos más idóneos en cada caso.

