Madrid ofrece retransmisiones de ópera, música y danza para mejorar la recuperación de sus pacientes hospitalizados

La Comunidad de Madrid mejora la recuperación y la calidad de vida de los pacientes ingresados en sus hospitales públicos con El Real en Hospitales, iniciativa que lleva hasta estos centros retransmisiones de ópera, música y danza del Teatro Real, con un programa cuidadosamente seleccionado para que el arte sea un valioso instrumento terapéutico.

La consejera de Sanidad, Fátima Matute, ha asistido en el Hospital público de La Princesa de la capital a la proyección de Carmen, con el ballet de Antonio Gades, la primera de las seis obras que el Teatro Real ofrecerá en 2025 en éste y otros complejos del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS).

“Se trata de una medida ilusionante que contribuirá, sin duda, a profundizar aún más en la humanización de la asistencia sanitaria en la que viene trabajando desde hace años la Comunidad de Madrid como uno de los pilares de su sanidad pública”, ha señalado Matute, que ha recordado que “el arte, más allá de permitir que durante un buen rato los enfermos no estén pensando en el motivo de su estancia hospitalaria, tiene efectos beneficiosos para la salud avalados por la evidencia científica”.

Los pacientes pueden disfrutar, en compañía de familiares o allegados, de estas retransmisiones del Real en Hospitales en los salones de actos de los centros sanitarios donde están ingresados, o en sus propias habitaciones, mediante circuito interno. De esta manera, se facilita la participación de aquellos usuarios que, por circunstancias clínicas o de movilidad, no puedan desplazarse fuera de ellas.

A la famosa opera de Georges Bizet, se sumarán, a lo largo de este año El Corazón del Real; New York City ballet; la Séptima sinfonía de Beethoven; Pagliacci, y el Barbero de Sevilla.

Las actividades de esta naturaleza están recogidas en el II Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid, cuyo objetivo es facilitar el acceso al beneficio en la salud de la cultura y el arte, no sólo como recurso terapéutico no farmacológico, sino también como una herramienta de prevención, para mejorar el bienestar emocional de los pacientes y los profesionales que les cuidan y atienden.