El Hospital Clínico San Carlos incorpora una novedosa técnica de cardio-resonancia magnética para la detección precoz del daño coronario

Gacetín Madrid

El Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Clínico San Carlos, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, ha incorporado una novedosa técnica de cardio-resonancia magnética que permite la realización de estudios cardiológicos más precisos y fiables del corazón, sin toxicidad, radiación ni contrastes, para la detección precoz de la disfunción cardiaca.

Esta tecnología se comporta como una herramienta preventiva de patologías cardiovasculares como las miocardiopatías o las valvulopatías ya que, en tan solo 10 minutos, es capaz de realizar una exploración del corazón para analizar su función contráctil, mejorando la calidad de imágenes médicas y el análisis de los resultados, además de acortar los tiempos de duración de las pruebas, ayudando a detectar y predecir el daño cardiaco precozmente, incluso antes de que aparezcan los síntomas, resultando muy útil para la detección precoz de cardiotoxicidad en pacientes con cáncer, ya que algunas de las terapias que se emplean en estos pacientes pueden causar cardiotoxicidad.

La incorporación de esta novedosa técnica radiológica sitúa al hospital público madrileño Clínico San Carlos como centro puntero en imagen cardiovascular y “supone un gran avance que nos permitirá realizar estudios más fiables y predecibles de la función cardiaca en nuestros pacientes, especialmente los oncológicos, permitiendo determinar los diagnósticos más certeros y establecer las estrategias terapéuticas y preventivas más adecuadas para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes en función de sus circunstancias, gracias a la colaboración que cardiólogos y radiólogos de este hospital público madrileño llevan ejerciendo desde hace más de quince años”, detalla el Jefe del Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Clínico San Carlos, Juan Arrazola García.

Para un amplio espectro de pacientes: oncológicos, diabéticos o con enfermedades cardiovasculares

Un buen ejemplo del amplio abanico de pacientes que pueden beneficiarse de las ventajas de esta técnica son los oncológicos sometidos a tratamientos de quimioterapia, por su posible toxicidad para el corazón. Se estima que entre el 30 y el 40% de los pacientes con cáncer padecerán una enfermedad cardíaca progresiva; además, la recurrencia del cáncer es un 59% más probable en pacientes con enfermedades cardiovasculares.

Esta herramienta proporciona mayor precisión a la hora de detectar la toxicidad cardiaca secundaria a tratamientos oncológicos al facilitar información precisa de la función cardiaca, de vital importancia para detectar y gestionar de forma precoz los efectos cardiotóxicos de la terapia contra el cáncer, lo que permite una óptima protección cardiovascular y prevenir al paciente oncológico de sufrir insuficiencia cardiaca o empeorarla, pudiendo personalizar el tratamiento en función de las circunstancias de cada paciente.

De esta manera, los especialistas pueden determinar las estrategias más adecuadas de tratamiento cardioprotector, optimizar su eficacia y supervisar la salud del corazón del paciente a lo largo de la terapia contra el cáncer, y después de la misma para mejorar su calidad de vida y aumentar su longevidad, haciéndola extensible a aquellas personas con problemas cardiovasculares, hipertensas, diabéticas, enfermos valvulares o con insuficiencia cardiaca, entre otras enfermedades.

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