Con la llegada del carnaval, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lanza una serie de consejos, especialmente relacionados con la seguridad en el uso del maquillaje, los disfraces y las lentillas de fantasía. OCU recomienda ser especialmente precavidos en el caso de los niños más pequeños.
Precauciones con el maquillaje
No use el maquillaje en menores de 3 años. Ni esmaltes para las uñas: tienen disolventes que pueden ser peligrosos si se llevan las manos a la boca. Compruebe que lleva el marcado CE y cumple la normativa de cosméticos: debe incluir lista de ingredientes y un bote abierto con la duración una vez usado; ojo, si se abrió el pasado Carnaval podría estar ya caducado.
Entre los ingredientes, conviene evitar los perfumes y fragancias, así como los parabenos, el Methylisothiazolinone y otros conservantes como el BHA y el BHT. Aplique una pequeña cantidad de maquillaje en el antebrazo 24 horas antes para comprobar la tolerancia del niño al producto.
Conviene extender primero una crema hidratante: facilita la aplicación del maquillaje, lo mismo que su retirada. Además, disminuye la sensación de tirantez. No aplique maquillaje cerca de los ojos o de los labios. Si observa picor o enrojecimiento, aclare con agua y no vuelva a usarlo. Afirmaciones como «hipoalergénico» o «testado dermatológicamente» no garantizan nada.
Precauciones con los disfraces
Un disfraz con marcado CE no debería ser inflamable, pero no está de más mantenerse lejos de las fuentes de fuego: cuidado con las bengalas, petardos o mecheros, además de las chimeneas y estufas. Mejor a cara descubierta. Si el disfraz es para un niño, es preferible que no lleven la cabeza cubierta: por el riesgo de asfixia, pero también por la inflamabilidad, que si se produce es más peligrosa.
El disfraz debe ser adecuado a la edad del niño. Evite los que incorporan cordones y accesorios punzantes. Y si el pequeño es menor de tres años, asegúrese de que los adornos y espumas no puedan romperse y convertirse en pequeños trozos con los que se pueda atragantar.
Priorice las tiendas especializadas en disfraces frente a los Marketplace de Internet, donde hay menos controles. En cualquier caso, compruebe que el etiquetado incluye la dirección del fabricante. No es mala idea confeccionar uno mismo un disfraz: es más sostenible y permite reaprovechar la ropa.
Una vez abierto el disfraz, tire la bolsa a la basura para evitar que los niños jueguen con ella (por el riesgo de asfixia) y lávelo. Si no es lavable, procure airearlo 48 horas para evitar la concentración de sustancias potencialmente peligrosas.
Cuidado con las lentillas de fantasía: de ojos de serpiente, de zombi, de vampiro… No es recomendable adquirirlas por internet, en bazares o tiendas de disfraces; sólo en una óptica, donde un profesional supervise la venta y garantice que no se pone en riesgo la salud de los ojos.