La Guardia Civil ha detenido a tres personas e investiga a una cuarta por estafar a 170 víctimas, muchas de ellas en Madrid, mediante el envío de SMS fraudulentos. Se les imputan delitos de pertenencia a grupo criminal, estafa continuada, blanqueo de capitales, usurpación del estado civil y tenencia ilícita de armas.
En los mensajes, los estafadores se hacían pasar por el Banco Santander informando de un supuesto problema de seguridad que debía solucionarse de manera urgente pinchando en el link que remitían. Una vez accedían, las personas estafadas introducían sus datos bancarios dando las claves a los tres detenidos. La banda desmantelada realizaba compras online con el dinero robado para luego vender esos productos por internet.
Posteriormente, miembros de este entramado acudían de forma presencial a los establecimientos, donde recogían los productos en las denominadas taquillas pick-up, donde sin necesidad de interactuar con los empleados del establecimiento podían extraer los productos a través de un código.
Los efectos recogidos en los establecimientos eran vendidos a terceras personas en páginas web de venta de artículos de segunda mano, donde rebajaban el precio de los productos respecto al mercado y obtenían un enriquecimiento de forma ilícita.
Parte de esos fondos ilícitos eran invertidos en criptomonedas, para posteriormente realizar una conversión a una moneda convencional y transferirlo a sus cuentas bancarias. De este modo, declaraban las ganancias como procedentes de las inversiones, consumando el delito de blanqueo de capitales.
Gracias a los datos aportados por Banco Santander y tras un minucioso análisis de la información se pudo determinar que la cantidad estafada por parte del entramado criminal superaba los 200.000 euros, afectando a más de 170 personas en todo el territorio nacional, muchas de ellas en Madrid.
Los agentes han llevado a cabo dos registros, en los que han incautado una serie de efectos relacionados con los hechos delictivos investigados: 70 tarjetas SIM, 38 teléfonos móviles de alta gama -algunos de ellos aún en su embalaje original para ser vendidos-, cuatro ordenadores portátiles, documentación relacionada con las compras fraudulentas, alrededor de 4.000 euros en efectivo y un arma tipo táser de mano.
Durante el desarrollo de la operación también han participado de manera activa los equipos de Seguridad Bancaria y Fraude del Banco Santander, conformándose para el caso un equipo conjunto de investigación entre ambas instituciones.