La situación de sequía que afecta a todo el país está repercutiendo sobre el estado de conservación de los ríos madrileños y los humedales. Expertos e instituciones de todo tipo vienen advirtiendo de la necesidad de adecuar nuestros consumos y la gestión del agua a este nuevo escenario climatológico y poner fin a derroches y abusos en los aprovechamientos.
Desde Ecologistas en Acción inciden en que estos abusos están en el origen de la desecación crónica de algunos cauces de ríos madrileños. Ríos como el tramo alto del Guadalix, el río Perales o el Lozoya (Alameda del Valle) acaban secos varios meses al año y sin vida acuática. Mientras tanto en la Comunidad de Madrid funcionan 31 campos de golf que consumen, en una estimación a la baja, 8,6 hectómetros cúbicos de agua, es decir, un volumen de agua que se sitúa entre lo que consumen ciudades de entre 130.000-170.000 habitantes, como Parla o Alcorcón. «En una situación de sequía como la actual sería necesario comenzar a poner control a consumos accesorios como estos», reclaman.
A pesar de la numerosa legislación de transparencia que obliga a las administraciones a informar de los datos e informaciones de interés público que obran en su poder, no es fácil conocer el volumen de agua tratada, de agua de beber o de agua subterránea que se destina al riego de los numerosos campos de golf que siguen activos en la Región. Ya en 2003 y en 2008 la Administración Regional de Madrid denegó esta información desafiando, entonces, al Defensor del Pueblo.
Recientemente el Consejo de Transparencia y Participación de la Comunidad de Madrid, dependiente de la Asamblea de Madrid, ha advertido al Canal de Isabel II que debe facilitar los datos de los consumos de agua que suministra a esas instalaciones de ocio. Para sortear este nuevo emplazamiento a entregar datos de interés y de carácter público la entidad pública, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, ha interpuesto un recurso contencioso-administrativo, ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, contra la resolución del Consejo de Transparencia.
Esta maniobra suspende la obligación a facilitar los datos, en tanto no haya sentencia. Así, el Canal de Isabel II «seguirá ocultando al conocimiento público datos tan relevantes y oportunos como es el volumen de agua destinada al riego de las parcelas de los campos de golf», denuncian. En el caso de las aguas de origen subterráneo la solicitud tramitada ante la Confederación Hidrográfica del Tajo, hace ya seis meses, no ha tenido respuesta.
En el pasado los campos de golf de la Comunidad de Madrid han sido objeto de denuncias por conexiones ilegales a los acuíferos. Muchos de ellos afirman regar con aguas tratadas (cuyos volúmenes no se facilitan), pero «la deficiente calidad de la depuración que practican muchas EDAR del Canal de Isabel II ya ha creado problemas por el empleo en riegos de esas aguas, en forma de plagas o malos olores, motivo por el que algunas instalaciones han sido sancionadas por utilizar irregularmente aguas subterráneas», exponen desde Ecologistas en Acción.
Los colectivos Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA), la Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA) exigen del Canal de Isabel II que «facilite de una vez los consumos de agua tratada que se destinan a la treintena de campos de golf de la Comunidad de Madrid, así como de la Confederación Hidrográfica del Tajo datos similares de de los volúmenes detraídos de las aguas subterráneas».
Por otro lado, instan a las distintas administraciones a que «-por responsabilidad ante el actual escenario de sequía que podría empeorar a corto plazo en la Comunidad de Madrid- vigilen y controlen los consumos de agua no prioritarios como es el riego de campos de golf o el llenado de piscinas privadas».