La subida del 0,5% del precio de los alimentos en noviembre sitúa el IPC de esta partida en el 15,3% interanual, la segunda más alta desde el comienzo de la serie en enero de 1994 (solo superada por el 15,4% de octubre). Un duro golpe para la economía doméstica de infinidad de familias, ya lastrada por el alto precio de la energía, que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) cuantifica en un sobrecoste de 830 euros al año en la cesta de la compra.
Esta última subida coloca a un amplio número de productos básicos en precios difícilmente asumibles por muchos hogares, como es el caso de la leche (subida del 30% interanual), los aceites y grasas (30%), los huevos (26%), el pan (15%), la carne de ave (14%), la carne de cerdo (13%), la fruta fresca (12%) o las legumbres y hortalizas frescas (10%).
De hecho, los resultados de una encuesta sobre hábitos de consumo realizada por OCU en abril de este año ya advertían del duro panorama al que se enfrenaban muchas familias como consecuencia del aumento de la inflación: el 21% de los hogares compraban menos carne y pescado; y un 42% estaba empezando a sustituir sus productos habituales de primeras marcas por marcas blancas, lo que refleja las dificultades para llegar a fin de mes
Por todo ello, OCU insta al Gobierno a bajar temporalmente el IVA al 0% a los alimentos de primera necesidad con un perfil nutricional más saludable (tal y como ya se hace en Irlanda y Reino Unido): frutas, verduras, legumbres, arroz, pasta, carne y pescado frescos o congelados, leche, huevos, pan integral, frutos secos y aceite de oliva virgen.
Así como bajarlo al 4% a otros alimentos básicos con un perfil nutricional al menos aceptable: lácteos sin azúcares añadidos, cereales de desayuno integrales sin azúcares ni grasas añadidas y aceites de semillas, entre otros. Garantizando, eso sí, una reducción de precios realmente efectiva en los lineales de los supermercados (la bajada del IVA del pan integral del 10% al 4% en 2019 no se trasladó a su precio final).
En segundo lugar, OCU solicita una subida de los mínimos personales y familiares del contribuyente en el IRPF (y de las reducciones del trabajo y de autónomos), que corresponden precisamente a la parte de la base liquidable que, por destinarse a satisfacer sus necesidades básicas personales y familiares, no se somete a tributación; y que de hecho no sea han actualizado desde el ejercicio 2015. Una medida que «beneficiaría automáticamente a todos los contribuyentes, pero sobre todo a pensionistas, familias con hijos a cargo y discapacitados».
Por último, OCU solicita a las diferentes administraciones la activación urgente de un sistema de cheques de alimentos para las familias vulnerables, especialmente aquellas con menores a cargo. «Al menos mientras la inflación siga en valores tan altos, una situación muy probable mientras se mantengan los elevados precios de la energía», concluyen.