Los cuerpos sin vida de la mujer de 91 años y su hijo de 49, que fueron encontrados el martes, no sufrieron violencia alguna, por lo que fue muerte natural, tal y como se desprende del informe preliminar de la autopsia realizada a los cadáveres, que ha indicado también que su fallecimiento se produjo hace más de un mes.
Los hechos ocurrieron en la tarde del martes, 29 de marzo, en una vivienda ubicada en un cuarto piso del número 35 de la calle Atocha, en el distrito madrileño de Centro. Fueron los vecinos quienes avisaron a los servicios de emergencias tras percibir un fuerte olor procedente de un piso.
Con la ayuda de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, accediendo con escala por una de las ventanas, sanitarios del SAMUR-Protección Civil entraron a la vivienda, encontrando a los cadáveres, por los que no pudieron hacer nada. Desde Emergencias Madrid apuntaron inicialmente a que madre e hijo podrían llevar varios días muertos ante el evidente estado de descomposición en el que fueron encontrados ambos cadáveres, algo confirmado por la autopsia.
Agentes de la Policía Nacional han abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido y aclarar las circunstancias de la muerte de estas dos personas. Las primeras pesquisas descartaron signos de robo o violencia y apuntaban a muerte natural: la mujer habría muerto por una enfermedad y su hijo, gran dependiente y con síndrome de espectro autista, habría fallecido por inanición. Ambos apenas tenían familia y no tenían visitas, y el padre del chico murió hacía varios años.
