Usar la red de Metro para realizar desplazamientos supone contaminar cinco veces menos que si se elige hacer el mismo recorrido en vehículo privado, por lo que el suburbano contribuye a la mejora de la calidad del aire en la Comunidad de Madrid, según datos recogidos por Metro de Madrid coincidiendo con el inicio de la Semana Europea de la Movilidad, que se extenderá hasta el próximo día 22.
Según los datos que maneja el suburbano madrileño, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la actividad de Metro para la prestación del servicio de transporte se redujeron un 14 % en 2018 respecto al año anterior.
En 2018, el 36 % de la energía de alta tensión que se utiliza para mover los trenes fue de origen renovable y con certificado de garantía de origen. Este porcentaje alcanza el 100 % en la energía de baja tensión, que es la que se utiliza para el resto de la actividad de Metro, como el suministro y alumbrado de estaciones y de otras dependencias de la empresa.
Estos datos convierten a Metro de Madrid en el medio de transporte menos contaminante, no solo por no requerir para su funcionamiento el uso de combustibles fósiles, más contaminantes que la energía eléctrica, sino también porque al discurrir bajo tierra, evita las congestiones en la superficie como consecuencia de la circulación masiva de vehículos.
Ahorros gracias a metro
Según los cálculos realizados por Metro, la prestación del servicio público de transporte por parte de la compañía (en su mayor parte bajo tierra) evita la circulación de 77 millones de vehículos al año en las carreteras de la Comunidad de Madrid. Estas estimaciones están hechas tomando como hipótesis la distribución de los viajeros entre el resto de modalidades de transporte en el supuesto de que Metro no existiera.
Según este análisis, la existencia de Metro supone un ahorro superior a los 180 millones de euros en costes asociados a los accidentes de tráfico y a las enfermedades derivadas de la contaminación acústica y atmosférica.
En la actualidad, Metro es el medio de transporte público más utilizado. Cada día laborable, más de 2,3 millones de viajeros eligen el suburbano para sus desplazamientos, el 70% motivados por trabajo o estudios.
Metro, con cien años de vida, se ha consolidado como eje fundamental de la movilidad y es también un ejemplo de actividad respetuosa con el medio ambiente, gracias al esfuerzo realizado para hacer más eficiente el uso de recursos naturales y el uso de energía necesarios para la correcta prestación del servicio.
Eficiencia energética
Así, la empresa pública tiene en marcha un Plan de Eficiencia Energética que le ha permitido ahorrar, en sólo tres años, el equivalente al consumo de más de 110.000 hogares durante un año.
También cuenta con un Plan de Celdas Reversibles, en el que la Comunidad de Madrid invertirá más de 1,2 millones de euros y que supone la instalación de cuatro equipos de recuperación de energía para reducir el nivel de contaminación y mejorar la calidad del servicio. Esto supone un ahorro medio estimado de 650 megavatios hora (MWh) anuales cada una, equivalente al consumo energético anual de 200 hogares medios.
El concepto “movilidad sostenible” va más allá de los beneficios ambientales y tiene, como fin último, la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos desde el punto de vista económico y social.
Para contribuir a este fin, Metro está desarrollando, entre otros, el Plan de Accesibilidad e Inclusión de Metro de Madrid 2016-2020, que permitirá que el 73 % de las estaciones sean accesibles el próximo año; y la Línea de Apoyo para el Refuerzo de la Autonomía, que incluye herramientas para mejorar la accesibilidad cognitiva y favorecer la inclusión de personas con discapacidad intelectual.