La Sección 17 de la Audiencia Provincial de Madrid celebra este martes, 29 de mayo, a partir de las 10:00 horas la vista oral del juicio contra Mariana F. y Rozalia R. por la supuesta comisión de dos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral en concurso ideal con dos delitos contra los derechos de los trabajadores. El Ministerio Público solita una pena de catorce años de prisión para Mariana y de siete para Rozalia.
Tal y como recoge el representante del Ministerio Público en su escrito de calificación provisional elevado a la Sala, sobre el mes de diciembre de 2015 un ciudadano rumano, que residía en Rumanía, fue convencido para venir a trabajar a España, confiando en una oferta laboral que le habían realizado y que incluía, además del contrato de trabajo, alojamiento, manutención y el pago del viaje.
Una vez en Madrid, fue conducido a lugar donde vivía su suegra, Mariana F., lugar que, en contra de lo que le habían ofrecido, no era una vivienda, sino una chabola en un descampado del madrileño barrio de Usera, precariamente construida con cartones, sin agua ni luz.
Ese sería su lugar de residencia a partir de ese momento y su ‘trabajo’, recoger cartones y chatarra por las calles, empleando para ello un carro con ruedas. Su ‘trabajo’ comenzó al día siguiente de su llegada a España y sus jornadas laborales se extendían más de doce horas de lunes a domingo, sin ningún día de descanso. Tenía la obligación de entregar la mercancía a la acusada, sin recibir por ello ninguna remuneración, ni comida, ni vestido.
En el colmo de la precariedad, dormía en el suelo de la chabola, sobre cartones, situación en la que permaneció hasta el 18 de julio de 2016 cuando, tras soportar casi siete meses en ese estado de semiesclavitud, decidió denunciar los hechos. Antes, había comunicado a Mariana su decisión de poner fin a su situación y regresar a Rumanía, ante lo cual fue agredido por otro hombre que vivía en la chabola y que no ha podido ser identificado. Además, fue escupido y amenazado.
Antes, en el verano de 2015, sucedió que un ciudadano rumano, que en una estancia anterior en Madrid había conocido a la acusada Rozalia R., madre de Mariana F., fue convencido en conversaciones telefónicas por la primera para que viniera a Madrid a trabajar y a contraer matrimonio con su hija.
El hombre accedió a la propuesta, ya que también le habían indicado a él, que viviría en un piso y que le pagarían el viaje. Una vez en Madrid, fue conducido a la chabola del descampado de Usera descrita con anterioridad. Las dos mujeres, puestas de común acuerdo, le requirieron su documentación con el engaño de tener que ‘arreglar los papeles’ para que pudiera residir legalmente en España.
Al contrario de lo que le aseguraron, jamás le devolvieron la documentación y, por el contrario, fue obligado a trabajar recogiendo cartones, lo que hizo durante todo un año, también en prolongadas jornadas que abarcaban de la mañana a la noche, durante todos los días de la semana. En dicha situación, sin recibir tampoco remuneración alguna, se mantuvo atemorizado por las acusadas, que le insultaban y le agredían con frecuencia, además de amenazarle con que le iban a denunciar. Finalmente, el que denunció fue él, el 24 de julio de 2016.
Las acusadas permanecieron en una situación de prisión provisional por estos hechos desde el 26 de julio de 2016 hasta el 20 de octubre de 2016.