- La Asociación Vecinal Valle Inclán y la Junta de Chamartín celebrarán este sábado, 10 de marzo, la restitución del monumento ciudadano a la paz y el desarme.
- Tras 27 años en la plaza de Prosperidad, la “tumba de la guerra” fue eliminada por Ana Botella en 2013.
Han pasado cinco años desde que el Ayuntamiento de Madrid suprimiese de la plaza de Prosperidad un monumento funerario muy querido por el vecindario, el “Nostrolito”, un pequeño obelisco que celebraba la muerte de la guerra. El 25 de enero de 2013, días después de que unos operarios de la Junta Municipal lo borrasen del lugar, la alcaldesa Ana Botella, sin previo aviso, inauguró el elemento que desde entonces ha servido para reemplazarlo, una estatua de un oso y un madroño que antes se encontraba en el vecino Museo de la Ciudad.
El cambio no gustó a la vecindad, y en estos años, a través de entidades como la Asociación Vecinal Valle Inclán, ha solicitado intensamente su restitución, algo que se producirá finalmente este sábado, 10 de marzo.
La citada entidad vecinal y la Junta Municipal de Chamartín organizan desde las 12:00 horas un acto de re inauguración del monumento pacifista en la misma plaza en la que permaneció durante 27 años, y que supone uno de los puntos neurálgicos del barrio de Prosperidad.
En el evento participará el Concejal-Presidente de Chamartín, Mauricio valiente, así como el responsable de Urbanismo y Vivienda de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), Vicente Pérez Quintana. Dos niñas leerán sendos poemas de contenido antimilitarista.
Fue esa organización la que, en 1986, con motivo del Año Internacional por la Paz y el Desarme, promovió el concurso de ideas en los escolares de la ciudad que se halla en el origen del “Nostrolito” de Prosperidad. La asociación Valle Inclán recogió el guante de la federación y organizó el certamen en su barrio, para el que se presentaron diversos diseños. Ganó el dibujo realizado por un niño que contenía el mensaje siguiente: “lo mejor para la Paz es enterrar la Guerra”.
Los propios vecinos dieron vida al diseño infantil, construyendo con sus manos un túmulo de piedra, ladrillos, cemento, agua, arena y cal. Después, el vecino y víctima de la represión franquista Fedor Adsuar esculpió una lápida con la inscripción “Aquí yace la guerra”, y el conjunto fue inaugurado el 21 de diciembre de ese mismo año, para orgullo del vecindario.
Su reemplazo, por “imperativo legal”, en 2013 cayó como una bomba en el barrio, que lo había cuidado durante 27 años, y abrió un proceso reivindicativo que dio sus frutos el 22 de mayo de 2017.
Ese día, la Asociación Vecinal Valle Inclán presentó en el Pleno de la Junta de Chamartín una propuesta de restitución que fue aprobada posteriormente. El Ayuntamiento de Madrid ha reconstruido ahora el monolito que simboliza la muerte de la guerra y supone un canto a la paz y al desarme. A partir de este sábado, los vecinos podrán volver a disfrutarlo en la plaza de Prosperidad.