- La exposición, que vincula patrimonio, arquitectura y cambio climático, estará en el Centro Cultural Casa del Reloj, en Arganzuela, hasta el 18 de febrero.
- Life Reusing Posidonia reclama la recuperación de los recursos locales y la arquitectura vernácula como medida de lucha contra el cambio climático.
La exposición itinerante del Proyecto Europeo contra el Cambio Climático llega a Madrid para vincular patrimonio, arquitectura y cambio climático y reclamar así la recuperación de los recursos locales y la arquitectura vernácula como medida de lucha contra el cambio climático.
Life Reusing Posidonia es un proyecto de gobernanza medioambiental promovido por el Instituto Balear de la Vivienda y la Dirección General de Energía y Cambio Climático de Baleares, y financiado por el programa europeo LIFE+ para proyectos de conservación de la naturaleza.
La concejala del distrito de Arganzuela, Rommy Arce, ha recordado que el proyecto tiene como objetivo «ofrecer datos contrastados a todas las administraciones con competencias en regulación urbanística o medioambiental (ayuntamientos, consejos, autonomías, etc.)» y ha agradecido su paso por la ciudad después de haber recorrido otras tan importantes como Barcelona o Sevilla y tener previstas visitas a Córcega, Cerdeña, Sicilia, Creta, y París.
El acto ha incluido una mesa redonda con los expertos locales Alberto Nanclares, del colectivo Basurama, Verónica Sánchez, del colectivo n’UNDO, e Iñaki Alonso, de la asociación Ecómetro y Carles Oliver, director del proyecto Life Reusing Posidonia y moderador de la mesa.
La exposición
Los datos se han obtenido evaluando un edificio prototipo de 14 viviendas protegidas en Formentera, en el que se han ensayado fórmulas para reducir la huella ecológica de los edificios, basadas en la recuperación de soluciones constructivas propias de la arquitectura tradicional, y se ha monitorizado su buen funcionamiento en colaboración con la Universidad de las Islas Baleares, demostrando que este modelo permite reducir más de un 60% la contaminación durante su construcción en comparación a un edificio convencional.
La conclusión es que «mientras buscábamos soluciones que dotaran de contenido al término ‘sostenibilidad’ en el sector de la construcción, hemos olvidado y dejado desaparecer lo que teníamos al lado, que en el caso de las Baleares se trata de la cal, la cerámica cocida con cáscara de almendra, la piedra local arenisca, la madera reutilizada o la posidonia oceánica».
Todos estos materiales constituyen un patrimonio etnológico de nuestras islas que hay que proteger y fomentar su uso como alternativa a los materiales importados de fuera. Este principio se puede aplicar en cada región.
En el caso de la posidonia, se trata de una planta protegida y su utilización requiere el permiso del gobierno autonómico correspondiente. Sólo se utiliza la hoja muerta y limpia, sin arena, de las capas superiores, en aquellas zonas donde hay una acumulación excedente por encima del volumen necesario para no afectar al ecosistema dunar de la playa. La exposición incluye una muestra de posidonia seca del año 1.387 en perfecto estado de conservación. Ahora su uso se ha recuperado como aislamiento de los techos.