Un trabajo de investigación internacional detecta que una de las regiones del ADN designadas como código de barras genético puede presentar una anomalía. Este estudio, en el que participa la investigadora española María P. Martín, del Real Jardín Botánico-CSIC, acaba de ser publicado en la revista MycoKeys
En esta era de nuevas tecnologías, los investigadores utilizan con frecuencia para la identificación de las especies pequeños fragmentos de genoma (ADN de un organismo), como si se tratase de las líneas negras en un código de barras. Sin embargo, en un artículo publicado en MycoKeys, en el que participan investigadores de la Universidad de Göteborg (Suecia), del Real Jardín Botánico-CSIC (España), de la Universidad de Uppsala (Suecia), y de la Universidad de Tartu (Estonia), se ha detectado que una de las regiones del ADN designadas como código de barras genético puede presentar una anomalía.
La herramienta de identificación conocida como el código de barras de ADN, se basa en confrontar el fragmento de ADN (barcode) de una muestra desconocida, con una o más secuencias de muestras bien identificadas; lo que permite la identificación rápida, para los investigadores que lo necesiten. Esta herramienta es especialmente útil, para la identificación de organismos poco visibles, o con pocos caracteres morfológicos para su identificación, tales como los hongos. En muchas ocasiones, en el sustrato (por ejemplo, suelo o restos vegetales) solo aparecen las partes vegetativas -las hifas, que forman el micelio-, que tienen un aspecto más o menos idéntico en el microscopio, por lo que no se puede llegar a conocer la especie.