El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha sometido a información pública el Plan de Acción contra el Ruido (PAR) relacionado con el Mapa Estratégico de Ruido (fase IV) del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Este documento presenta «unas fortísimas carencias» a juicio de Ecologistas en Acción y la Plataforma contra la Ampliación de Barajas, de la que forma parte la FRAVM y varias asociaciones vecinales federadas.
El texto, subrayan, tiene «tantas carencias que impedirá que se consiga su objetivo principal: reducir el número de personas afectadas por niveles malsanos de ruido, al tiempo que se reduce la generación de este contaminante». Estas «carencias y defectos» se han señalado en los documentos de alegaciones elaborados por las tres entidades citadas.
En particular, entre las mayores «deficiencias» del PAR, destacan:
– El Mapa Estratégico de Ruido (fase IV) en el que se basa el PAR se realizó con datos de 2021, un año en el que los vuelos se habían reducido mucho en relación a otros años a causa de las restricciones de movilidad que se impusieron desde 2020 por la pandemia de la COVID-19, lo que provoca una clara infraestimación de los impactos de los vuelos.
Además, con posterioridad a la elaboración del mapa se aprobaron cambios en la codificación de los vuelos (por ejemplo, la salida 36L oeste) que no se recogen en este documento, lo que hace que los aviones ahora estén sobrevolando determinadas zonas más pobladas (es el caso de San Sebastián de los Reyes, con 92.734 habitantes, incluyendo el hospital Infanta Sofía) que antes del cambio de codificación (por ejemplo, la urbanización Fuente del Fresno, con 2.515 habitantes).
Del mismo modo, la huella sonora recogida en el Plan no tiene en cuenta gran parte de los espacios residenciales de San Fernando de Henares, Coslada o Mejorada del Campo, pese a que sufren sobrevuelos frecuentes. Y también se ignoran los polígonos industriales de San Fernando, donde se dan mediciones muy altas de ruido superiores a los 75 dB, olvidando que durante el periodo laboral las personas también tienen derecho a un entorno saludable.
– Se elude declarar “zonas tranquilas” (donde hay más restricciones para los sobrevuelos) a espacios que merecen esta calificación, como La Dehesa Boyal del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares o el Soto de Viñuelas, donde los aviones sobrevuelan a unos 450-500 metros del suelo a pesar de que la legislación no permite que lo hagan por debajo de los 1.200 m, para la protección de las especies de rapaces que los habitan.
– Prácticamente no hay medidas en el PAR que supongan una restricción de los vuelos. Todo lo contrario: está prevista una ampliación del aeropuerto que provocará que se pase de 60 millones de pasajeros actuales a 90 millones en 2030, pasando de 389.000 a 500.000 operaciones de despegue y aterrizaje cada año, lo que lejos de paliar el problema provocará un tremendo incremento del ruido que sufren las poblaciones del entorno. Se incumplirá, también, el Plan de Acción para la Contaminación Cero, de la Comisión Europea, que prevé una reducción de la población afectada para 2030. Y ni que mencionar que este crecimiento previsto va radicalmente en contra de los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, a pesar de que la aviación es el sector del transporte que más se incrementan estos GEI, a la vez que el transporte es el único sector económico en España donde no se han conseguido reducir.
– Muchas medidas de las planteadas van a tener una eficacia muy reducida, porque de alguna forma ya se están aplicando (p.ej. se plantean unas tasas mayores a los aviones más ruidosos, pero esas aeronaves apenas operan ya en Barajas), mientras que los incrementos de tráfico previsto anularán las ligeras mejoras que supongan.
– Gran parte de los resultados del Mapa de Ruido se han realizado sobre la base de estimaciones, no de mediciones reales, lo que en general infraestima el ruido sufrido por la población. Por ejemplo, la única estación de medición del ruido de San Fernando se encuentra en el polideportivo municipal, situado dentro del Parque del Sureste, lo que hace que soporte mucho menos nivel de ruido (de calle, etc.). De modo que las estimaciones en otros lugares a partir de esta medición en un lugar silencioso ignoran el efecto aditivo del ruido de los aviones con el del tráfico rodado, obras y otras actividades.
Ante las «fuertes carencias y deficiencias» del Plan de Acción contra el Ruido, Ecologistas en Acción, la Plataforma contra la Ampliación de Barajas y la FRAVM plantean, entre otras, «una medida clara y que tendría unos efectos inmediatos en la mejora de la salud y del descanso de la población: la prohibición de los vuelos nocturnos entre las 23:00 y las 07:00 horas». Tal y como se explica en las alegaciones esta medida «está generalizada en nuestro entorno europeo, y la aplican ya ciudades como Berlín, Bruselas, Budapest, Copenhague, Frankfurt, Hamburgo, París, Viena y Zúrich».