Asociaciones vecinales de Ciudad Lineal y Salamanca se oponen a cubrir la M-30 en Ventas: «existen otras necesidades más acuciantes»

Gacetín Madrid

Asociaciones vecinales de los distritos de Ciudad Lineal y Salamanca han mostrado su oposición al proyecto de cubrición de la M-30 a la altura del Puente de Ventas, cuyos contratos de redacción y ejecución han sido adjudicados esta misma semana. Las obras darían comienzo esta misma primavera.

Organizaciones sociales y vecinales de ambos lados de la M-30 junto con Ecologistas en Acción y la Plataforma por el Derecho a la Ciudad han habilitado un espacio de encuentro denominado “Plataforma de Afectados M30” con el objetivo de conseguir que el Ayuntamiento «atienda a los intereses reales de los barrios afectados por el proyecto, abandone la cubrición del tramo previsto e impulse el estudio y desarrollo de propuestas serias de reducción del impacto de la M-30 en todas las zonas afectadas».

Denuncian que el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida «ha planteado un proyecto para cubrir un tramo de 190 metros lineales de la M-30 mediante una losa de hormigón de 16.550 m2, que se extendería, desde el sur del puente de Ventas hasta las inmediaciones del puente Ramón de Aguinaga».

Una obra de esta envergadura «no se puede ejecutar sin afectar de forma importante a la vida diaria de la ciudadanía que vive en las zonas afectadas y sin estar justificada por un claro y evidente beneficio para los barrios afectados. Pero en este caso, son más los perjuicios que los beneficios». Algunos de los impactos serán:

– El coste del proyecto es desorbitado: 87.700.000 euros para 190 metros lineales, a razón de 5.300 €/m2. Esto es más de 4 veces el coste que tiene, por metro, el soterramiento de la A-5, y supera en un 20% el coste por metro cuadrado de vivienda de nueva construcción en la ciudad de Madrid, estimado en 4.333 €/m2.

– Van a ser talados, en ambos lados de la M-30, hasta 54 árboles, muchos de ellosde gran porte.

– Se proyecta la plantación de 200 árboles, en un espesor medio tierra de 1,25m, claramente insuficiente para que pueda enraizar ningún árbol de cierto porte. La sustitución de árboles no es solo una cuestión de número de unidades sino de años. Por lo cual, el balance de masa arbórea objeto de esta ejecución sería claramente deficitaria, siendo precisamente esta masa la principal aliada a la hora de mitigar el ruido y la contaminación.

– El anteproyecto contempla la instalación de un auditorio al aire libre con graderío de 300 m2, así como de la instalación de dos pequeños quioscos de 7 m2. Esto deja patente la intención real de convertirlo en un polo más de atracción turística, como extensión de las actividades que se desarrollan en el entorno de la plaza de toros de Las Ventas, con el impacto acústico y demás molestias al vecindario que ello supondría. Para rematarlo, de los 14.115 m2 de losa “ajardinada”, hay que restar, al menos, el 30% de la superficie de los caminos, que se cubrirán con zahorra, material poco verde y menos sostenible.

– Tapar estos escasos 190 metros de toda la M-30 no soluciona ni mitiga el  impacto de contaminación y ruidos que sufren los vecindarios de Fuente  del Berro, Ventas y La Elipa. En el caso concreto del ruido, al no plantear cerramiento lateral, aumentará de manera significativa.

– Al no llegar al puente de Ventas, no supone ninguna mejora sustancial en la conectividad, ya que los puentes de Alcalá Ventas y de Ramón de Aguinaga están a escasos 300 m de distancia entre sí, y canalizan de forma adecuada el tránsito peatonal. Además, las pasarelas proyectadas no cumplirían con los estándares de accesibilidad establecidos por la normativa vigente, debido a las diferencias de nivel y altura entre un lado y otro de la vía.

– Durante el año 2025, los distritos Salamanca y de Ciudad Lineal destinarán 15 millones cada uno a este proyecto, lo que supone el 60% y 30% respectivamente de la inversión total para cada uno de ellos. En los años 26  y 27 se actuará de forma similar, hasta finalizar la obra. Es importante recalcar que lo que se invierte en la cubrición se deja de invertir en otras necesidades reales de los barrios y no hay que olvidar tampoco que, una vez finalizada la obra, se deberán incluir partidas económicas anuales para el mantenimiento de la losa.

– El plazo de construcción es de al menos 22 meses, aunque los retrasos suelen ser habituales en obras de esta envergadura. Con lo cual, durante dos años añadiremos a la deficiente situación actual el impacto acústico, visual y de contaminación extra por las obras que, según el anteproyecto, se efectuarán por la noche para no afectar al tráfico rodado.

Proyecto muy caro y sin justificación real

«Parece evidente que en ambos distritos existen otras necesidades más acuciantes que la realización de este proyecto de obra civil que nos quieren vender como zona verde que ni ha sido demandado por el vecindario ni soluciona ningún problema real de los barrios», han incidido.

«Consideramos, por tanto, que el impacto social, económico y medioambiental que significa esta cubrición no justifica una inversión tan importante como la que se propone», han concluido las organizaciones sociales y vecinales denunciantes.

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