El concurso de ideas para la remodelación de la plaza del Dos de Mayo convocado por el Ayuntamiento de Madrid, a través del Área de Obras y Equipamientos, en colaboración con el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), ha recibido un total de 59 propuestas al cierre del plazo de presentación de las mismas.
A partir de ahora, el jurado tendrá un plazo máximo de cinco meses para emitir su fallo. La propuesta ganadora servirá de base para la redacción del proyecto de reurbanización de este espacio del barrio de Universidad, en el distrito de Centro. La previsión del Ayuntamiento es que, una vez redactado y licitado el proyecto, las obras en la emblemática plaza comiencen en 2026.
Entre los miembros del jurado estarán la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, que será la presidenta; el decano del COAM, Sigfrido Herráez, y arquitectos e ingenieros de reconocido prestigio como José Ignacio Linazasoro, Santiago Cifuentes o Juan Fisac.
Las propuestas se valorarán conforme a criterios de calidad arquitectónica del planteamiento, accesibilidad, continuidad y seguridad del espacio público; propuesta de ordenación del conjunto; racionalidad constructiva y económica, y sostenibilidad y calidad ambiental.
El concurso contempla tres premios y un máximo de tres accésits. El primer premio estará dotado con 14.200 euros, el segundo con 9.480 euros y el tercero con 6.320 euros, mientras que los accésits serán de 1.000 euros.
Una plaza con historia
La del Dos de Mayo es una de las pequeñas plazas que forman parte de la intrincada trama de espacios públicos que caracterizan el casco histórico de Madrid.
Su historia se remonta al levantamiento del pueblo de Madrid contra la ocupación francesa en la primera mitad del siglo XIX, siendo el cuartel de Monteleón, donde se congregaron los militares insurrectos, escenario de la batalla y origen de la misma, conservando la plaza el arco que fuera la puerta de acceso al cuartel.
La plaza se creó en 1869, utilizando suelos del borde sureste del cuartel, contando con un diseño barroco característico de la época y con la escultura de Antonio Solá representando a Daoiz y Velarde en su posición central. Por su parte, el barrio se colmató con la edificación en torno a las rondas del ensanche, que acogió a la burguesía madrileña.
En los años 80 del siglo XX, el conocido como barrio de Malasaña, cuyo corazón es la plaza del Dos de Mayo, se convirtió en referencia para la llamada movida madrileña, teniendo especial significación para la población joven del conjunto de la ciudad. En la actualidad, el barrio mantiene el interés con numerosos locales de ocio y culturales y ha ido ganando atractivo para turistas y visitantes, impulsado por su valor cultural, comercial y recreativo.